Pese a las metas de ajuste y reducción del déficit fiscal en el cual el gobierno se ha embarcado, el presidente Macri ya tendría previsto enviar tropas a las fronteras con el objetivo de liberar a las fuerzas de seguridad y reubicarlas en centros urbanos.
Algo que de ser así, le generará un presupuesto mucho mayor.
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Pero al mismo tiempo y en permanente contradicción, el Ejecutivo nacional busca la forma de que las Fuerzas Armadas reduzcan sus gastos en el marco del plan de “reestructuración de las Fuerzas” que anució hace poco el ministro de Defensa Oscar Aguad. Incluso, ya tendría pensado por dónde empezar.
A partir de lo asegurado por Ámbito Financiero, la reforma que habría aprobado Macri apunta a una “reubicación y venta” de cuarteles y bases, así como la reducción de personal de las empresas controladas por Defensa y reducción de traslados al exterior.
También, la “desprogramación” de unidades antiguas como el ARA Suboficial Castillo y ARA Cabo de Hornos de la Armada.
Esta batería de medidas sería parte de un anuncio que el propio ministro de Defensa, Oscar Aguad, habría comunicado a las fuerzas. Un conjunto de políticas de ajuste que podrían incluso intentar pasar a gran parte de los uniformados a una caja jubilatoria, para buscar retirarlos del servicio.
Sin embargo, el presidente Macri dio el visto bueno para que integrantes de las tres fuerzas comiencen a trasladarse a la frontera con el objetivo de brindar “apoyo logístico a las fuerzas de seguridad ”, así como también para liberar a parte de la Gendarmería y Prefectura para ser relocalizadas en centros urbanos.
A partir del 1 de agosto y en grupos de aproximadamente 400 hombres, las Fuerzas Armadas tendrán un papel protagónico en esas zonas.
Lo que no se entiende es por qué si el gobierno busca reducir el gasto, despliega el uso de las Fuerzas en lugares donde ya había personal policial capacitado.
De hecho, en 2017 el Ministerio de Defensa se ahorró cerca de 180 millones de pesos por su repliegue a los cuarteles, luego de haber patrullado la frontera del Noroeste argentino.
Para gran parte de la oposición, que mira con cada vez más preocupación la realidad del país, podría tratarse de una medida para reforzar de fuerzas de seguridad en las calles.
Es que el nuevo plan de ajuste que está llevando a cabo el gobierno a partir del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, significará más conflicto social y por ende, más posibilidades de manifestaciones y descontento en la gente.
Algo que se buscará evitar a toda costa en la Cumbre del G-20, a celebrarse en el mes de diciembre en la capital federal.
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