Hollywood y el mundo de la lucha libre lloran la muerte de Hulk Hogan, la leyenda de la WWE que falleció este jueves a los 71 años. Su carisma, su físico imponente y su estilo exagerado lo convirtieron en ícono global del entretenimiento. Pero su figura traspasó el cuadrilátero y dejó huella en la pantalla grande. Así lo recordó Sylvester Stallone, quien despidió al exluchador con un mensaje conmovedor y una anécdota impactante del rodaje de Rocky III.
“Tuve el placer de conocer a esta brillante personalidad cuando tenía 26 años”, escribió Stallone en Instagram. Hogan fue quien encarnó a “Thunderlips” en la tercera entrega de Rocky, donde protagonizó con Stallone una pelea memorable en el ring. “Era absolutamente maravilloso. Su asombrosa habilidad hizo de Rocky III algo increíblemente especial. Me rompe el corazón”, agregó el actor, acompañado por una imagen del film que los unió.
Pero además del homenaje, Stallone reveló una historia sorprendente. Durante una entrevista con TMZ, contó que en una de las escenas del rodaje Hogan saltó desde una esquina del ring y le fracturó la clavícula de un solo golpe. “Cuando lo vi pararse ahí arriba parecía la ballena de Moby Dick de lo grande que era”, bromeó. Lejos de guardarle rencor, recordó que Hogan fue siempre gentil, profesional y, a pesar de los dolores físicos por años de lucha, “uno de los tipos más agradables que conocí”.
La huella de Hulk Hogan en el showbusiness
Nacido como Terry Bollea, Hogan cambió para siempre la historia de la lucha libre. Debutó en 1979 en la WWF (hoy WWE) y fue el rostro visible de la “Hulkamanía” que popularizó el wrestling en los 80 y 90 como un espectáculo familiar. Su personaje musculoso, sus frases motivacionales y su look inconfundible —vincha, bigote, musculosa amarilla— atrajeron a públicos que jamás habían pisado un ring.
También incursionó en la televisión y el cine con papeles en No Holds Barred y la serie Baywatch. Pero sin duda fue Rocky III la película que marcó su salto definitivo al mainstream internacional.
En 1996 volvió a romper moldes al convertirse en villano: nació “Hollywood Hogan” y el grupo NWO, que marcaron un nuevo auge de popularidad para la WCW.
El último combate
Aunque en los últimos años su imagen pública atravesó momentos controvertidos —por comentarios racistas y un video íntimo filtrado—, Hogan había logrado recomponer su relación con el universo de la lucha. Incluso su entorno había salido a desmentir rumores recientes sobre un presunto estado crítico.
Este jueves a las 11.17, paramédicos acudieron a su domicilio tras una emergencia. Fue trasladado en ambulancia mientras intentaban reanimarlo. La noticia generó conmoción, sobre todo porque su figura parecía indestructible: el gigante amable que había sobrevivido a décadas de excesos físicos y mediáticos.
“Era más inteligente y más hábil de lo que parecía”, dijo Stallone. Quizás por eso, su muerte deja un hueco profundo no solo en la lucha libre, sino en el corazón de quienes lo conocieron fuera del personaje.