En la segunda temporada de División Palermo, la sátira no termina en la pantalla. Se habilitó un número de teléfono real —el 0800-345-2222— que en la ficción pertenece a la absurda Guardia Urbana, pero en la vida real forma parte de una campaña promocional tan provocadora como el contenido de la serie. El mensaje que se escucha al llamar combina humor negro, crítica social e ironía pura.
Llamás por curiosidad, colgás con crisis existencial
Llamar al 0800-345-2222 es, en apariencia, una tontería. Pero como todo en el universo de División Palermo, esa tontería está milimétricamente diseñada para que te rías, te incomodes, te preguntes si te deberías estar riendo o sentir culpa, pero después te reís más fuerte.
Ese número de teléfono —mencionado al pasar en la serie como línea directa de la Guardia Urbana— se transformó en una pieza clave de la segunda temporada. No por el argumento, sino por el delirio que te espera si, por ejemplo, un martes a las 3 de la tarde decidís discar “a ver qué onda”.
TE ADELANTAMOS UN POCO DE ESA LLAMADA
“Bienvenido, te comunicaste con la Guardia Urbana, estamos inscribiendo.” arranca la voz automática, con un tono tan neutro que ya sabés que el golpe viene enseguida. Y viene. Fuerte.
“Si sos sordo y no podés escuchar este audio, ojalá disques uno.”
Uno se ríe. O se traba. Porque lo que sigue es una escalada de incorrección política perfectamente dosificada, donde se mezclan personas en sillas de ruedas, ciegos que tienen que apuntar al número tres, disléxicos que deben discar “cautro” y autistas convocados a marcar la raíz cúbica de 125.
Es una genialidad, claro. Pero también es una trampa. Porque cuando creés que la línea está buscando reírse de las minorías, en realidad está reventando en la cara del oyente la hipocresía de los discursos inclusivos forzados, vacíos, institucionalizados, performáticos… Como lo hace la serie.
Y ahí, cuando la voz automática te dice: “Si tenés trastorno de ansiedad y llegaste hasta acá, estás curado. No disques nada, solo buscamos minorías.”, entendés todo. O no. Pero seguro te reís.
Porque la Guardia Urbana de División Palermo no es una fuerza de seguridad. Es un espejo torcido —muy torcido— de nuestras buenas intenciones progresistas cuando se vuelven estúpidas, burocráticas, o simplemente oportunistas.
Y que ese espejo tenga un número de teléfono que existe, que responde, y que encima te promociona la serie con la frialdad de un call center desbordado, es una jugada brillante.
“Nuestros operadores están ocupados charlando entre ellos. Intentá de nuevo en unos minutos. Mientras tanto, podés ver una temporada de División Palermo solo en Netflix.”
Listo. Te vendieron la serie. Pero sin venderte nada.
Este 0800 no busca resolver nada. No te da opciones reales. No te comunica con nadie. Pero sí te mete de lleno en el corazón absurdo, ácido y profundamente incómodo del mundo que creó Santiago Korovsky.
Es un chiste.
Es una crítica.
Es una obra de arte de 45 segundos, disfrazada de servicio al ciudadano.
Y por si hace falta aclararlo: sí, podés llamar cuando quieras. No, no te van a atender. Pero te vas a sentir atendido por algo más grande: una ficción que se animó a hacer humor con lo que todos pisamos pero nadie quiere mirar…
Como caca con la silla de ruedas.