Luego del parate en las ventas del año año pasado producto de la pandemia, la petrolera YPF consolida su recuperación y, según la calificadora de riesgos Moody’s Local Argentina, aumentará en 2021 sus ventas hasta los US$ 11.600 millones, y obtendrá un beneficio bruto de explotación de US$ 3.700 millones, lo que implica un margen de rentabilidad en torno al 31,7%.
“La normalización en los volúmenes de combustibles vendidos en el mercado local, mayores precios internacionales del crudo y los recientes ajustes de precios en surtidor”, son los motivos que para la calificadora de riesgo dieron con la recuperación de YPF, tras un 2020 en el que resultó con una pérdida operativa de más de mil millones de dólares.
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De este modo, la empresa petrolera alcanzaría un 31,7% de rentabilidad, muy superior al 19,1% de 2020 y por encima también del promedio 2017-2019, en el que presentó una rentabilidad estable del 27,4%.
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Además, durante el segundo trimestre de 2021, las ventas de la compañía fueron de US$ 5.887 millones, lo que significó un 29% más de las registradas en el mismo período del año anterior. Momento en el que se notificó, a su vez, un “incremento en la producción diaria, aproximadamente un 5% en crudo y un 7% en gas para el segundo semestre de 2021, en un contexto de tendencia hacia normalización en la demanda de combustibles locales y regionales y de los precios de surtidor”, indicaron desde la consultora.
¿Crisis energética global?
La recuperación de las ventas y la rentabilidad de YPF se dan en un contexto en el que el mundo se abre a las puertas de una posible crisis energética, en la que la escasez de energía golpea a las industrias y a los consumidores de Europa, Asia y parte de América.
En China se suceden apagones en distintas ciudades, los españoles temen por el precio de las facturas del próximo invierno y en Brasil el presidente Jair Bolsonaro se desdice ahora con sus dichos de campaña y busca opciones para privatizar Petrobras, debido a que el alza de los precios “le recaen” en imagen negativa. Esas son algunas de las imágenes que en los últimos días reflejaron las consecuencias de los aumentos de los precios de gas, petróleo y carbón en todo el mundo, que amenazan a su vez a la recuperación económica de la pos pandemia.
La recuperación de las industrias luego de la pandemia en 2020 ha impulsado la demanda de energías en todos lados del mundo, elevando los precios y poniendo en cuestión también el tema ambiental, en tanto que ante la falta de gas, por ejemplo en Europa se comenzó a recurrir al carbón, que ya venían siendo muy demandado por China e India.
De ese modo, el precio del carbón ha alcanzado máximos históricos, y en un momento donde la cuestión ambiental plantea que debe dejar de usarse, así como el resto de las energías no renovables. “Será una tragedia si en esta crisis empezamos a invertir de nuevo en carbón, que es una energía que no tiene futuro y es extremadamente contaminante”, afirmó la semana pasada el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans, durante una visita al principal país productor de carbón, Indonesia, a poco menos de un mes de la COP26, la nueva cumbre sobre el cambio climático que se realizará en Glasgow, Escocia.
Por su parte, la Agencia Internacional de Energía (AIE) alertó que “los precios récord del carbón y el gas, así como los apagones continuos, están haciendo que el sector eléctrico y las industrias de uso intensivo de energía recurran al petróleo para mantener las luces y las operaciones encendidas”. Lo cual, con el aumento de la demanda de petróleo, la inflación podría acelerarse y hacer más lenta la recuperación de la economía mundial pospandemia.
Ley de Hidrocarburos
Si bien Argentina tiene sus propios condicionantes, la Ley de Hidrocarburos que presentó el gobierno nacional luego de las elecciones PASO, busca promover las inversiones en el sector hidrocarburífero en este contexto adverso, a partir de otorgar estabilidad fiscal por 20 años, la posibilidad de exportar la producción incremental y de disponer libremente por parte de las empresas del 50% de esas divisas, además de que fija un tope máximo de retenciones del 8%. De este modo, en conjunto con el Plan Gas, el gobierno nacional apuesta con el proyecto de ley a incrementar la extracción y ahorrar divisas por menor importación.
“Junto con el Plan Gas Ar, se constituyen en herramientas clave del Estado para volver a dar certezas, generar reglas claras y brindar estabilidad en el contexto de imprevisibilidad en el mercado a nivel mundial”, señaló el presidente de YPF, Pablo González.
El proyecto, asimismo, fue bien recibido por Guillermo Pereyra, secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa; y por los empresarios Marcelo Mindlin, de Pampa Energía, y Marcos Bulgheroni, de Pan American Energy. De hecho, los últimos dos fueron parte del almuerzo de empresarios que la semana pasada mantuvo el presidente Alberto Fernández, y de la que trascendió que discutieron un acuerdo post elecciones.
Pareciera entonces que existe un amplio consenso a favor del proyecto de ley en el sector productivo, e incluso en las repercusiones que podría tener para la economía nacional. Sin embargo, queda por ver su aceptación respecto a las cuestiones ambientales, con las que el mismo Alberto Fernández durante la presentación del proyecto dijo estar “totalmente comprometido”.
El cambio de las energías no renovables por las renovables para ser más lento de lo que los consumidores, las industrias y el ambiente reclaman. Pero aún no se imponen alternativas mayoritarias al respecto.
En esa línea, la OMS indicó en un informe especial para la COP26 que “la quema de combustibles fósiles nos está matando. El cambio climático es la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad. Aunque nadie está a salvo de los impactos del cambio climático sobre la salud, los más vulnerables y desfavorecidos los sufren de forma desproporcionada”.
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