Victoria Villarruel decidió prenderle una vela a la justicia federal. Y no es una metáfora: en su flamante denuncia presentada ante lis tribunales, la vicepresidenta de la Nación y presidenta del Senado se autodefine como “veladora del Orden Republicano”, un título que suena más a ceremonia litúrgica que a rol institucional. Desde allí, en su carácter de “devota del Código Penal”, Villarruel pidió que se investigue a una serie de usuarios de la red social X (ex Twitter), a quienes acusa de realizar “hostigamiento”, “insultos metódicos” e “incitación al odio” en su contra.
La presentación —un documento extenso y florido— apunta contra seis cuentas de la red X: @El_Pubertario, @agachatqtlameto, @NickyMarquez (el autor de la biografía de Javier Milei), @lilialemoine, @ElTrumpista y @Mialygosa. Todas cuentas reales, verificadas, y con nombres de usuario que parecen sacados de un casting para una sitcom de trolls libertarios.
Lo curioso es que entre ellos figura además nada menos que Lilia Lemoine, diputada nacional por La Libertad Avanza y compañera de espacio de la propia denunciante. Pero como en toda familia disfuncional, los platos no se rompen puertas adentro…y en este caso, aparte de en X, tendrá que dirimirlo un juez, o varios.
SEGÚN VILLARRUEL VIOLAN ARTÍCULOS
Villarruel argumenta que estos usuarios —y otros que “actúan en conjunto” con ellos— participan “de forma diaria, metódica e insistente” en la publicación de agravios e improperios contra ella, su figura institucional, su entorno personal y profesional, y hasta contra “la presidencia del H. Senado de la Nación”.
Se los acusa de violar una variedad de artículos del Código Penal, desde el 149 bis (amenazas) hasta el 226 bis (delitos contra funcionarios públicos), pasando por una batería de figuras legales que abarcan incitación al odio, instigación pública y coacción.
Aunque en el texto se sostiene que la motivación es frenar campañas de odio, muchos interpretan que la denuncia tiene también una lectura política. Villarruel viene acumulando tensiones internas dentro del oficialismo desde antes de la asunción de Milei, con quien hace meses no se dirije la palabra.
Pero especialmente se vio en el centro de la andanada de bombardeo troll, que sufre también la oposición y el periodismo, proveniente de sectores duros del mileísmo, que actúan prácticamente como una secta.
Los usuarios denunciados no son ajenos a ese núcleo, y varios han criticado abiertamente a la vicepresidenta por mostrarse más institucionalista que su jefe político, Javier Milei.
UNA POSTURA REVELADORA
El tono de la denuncia llama la atención por su solemnidad: la palabra “veladora” —usada para describir su rol como guardiana del orden institucional— hizo estallar de risa en las redes, donde el término fue objeto de burlas, memes y lecturas entre espirituales y medievales.
En época de oscuridad institucional, parece que ella decidió encender una vela y denunciarlo todo.
Por el momento, la Justicia deberá decidir si esta suerte de Inquisición tuitera amerita una causa penal o si los insultos en redes, por más desagradables que sean, siguen siendo parte del barullo democrático.
Lo cierto es que, mientras el país atraviesa un ajuste brutal, con millones de personas viendo cómo llegan a fin de mes, parte de la dirigencia se enfrasca en disputas digitales con cuentas que se llaman “Pubertario” y “Mialygosa” o @agachatqtlameto.
Así las cosas, la vicepresidenta se presenta como la última defensora de la República frente al meme libertario. No se sabe si la Justicia prenderá la vela con ella o si le apagará la mecha, pero lo que queda claro es que el fuego más intenso no está únicamente en las calles: arde en redes y tribunales.