El gobernador Axel Kicillof puso el foco sobre la identidad de la provincia de Buenos Aires, a partir de su centralidad como matriz productiva y habitacional del país, y desnudó una vez más la inequitativa atribución de recursos respecto a la Capital Federal.
Kicillof lo hizo a partir de la firma de convenios para obras de infraestructura bajo el plan PREIMBA, por el cual Nación girará alrededor de $5.000 millones a la provincia, a partir del Ministerio del Interior que conduce Eduardo “Wado” De Pedro, presente en el acto.
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“‘Ministerio del Interior’ remite a la relación del Gobierno Nacional con las provincias que componen nuestra Argentina federal”, señaló Kicillof y afirmó que “la provincia de Buenos Aires está en ese sentido en una especie de limbo”.
“Si el país se divide entre la capital y el interior, la Capital es la Ciudad y el interior todos lo asociamos y lo remitimos a las provincias. O sea no es ni el interior ni la capital, una especie de zona transicional”, agregó el Gobernador.
A partir de allí, remontó una reflexión respecto a la concepción histórica de Buenos Aires y la Capital Federal como centralidad, que fue sometida a distintos cambios de enfoque según pasaron los años -y Gobiernos- pero que nunca pudo abandonar el unitarismo.
Kicillof señaló la problemática histórica de la provincia de Buenos Aires como “limbo” entre interior y provincia.
La madre de todas las batallas… y los problemas estructurales
En efecto, la provincia de Buenos Aires tiene características que con el paso del tiempo generaron una profunda inequidad. Es que la Ciudad de Buenos Aires nació como puerto y capital estratégica de un virreynato, se asentó como capital del país y de la provincia, y desarrolló un cordón urbano del que nunca se hizo cargo.
Para colmo de males, la reforma de la coparticipación federal en 1988, con la sanción de la Ley N.º 23.548, dejó a la provincia de Buenos Aires en una situación de desigualdad: comenzó a entregar más recursos y recibir menos de los que le correspondían. La inequidad no hizo más que aumentar con el paso de los años.
“La ciudad de Buenos Aires tenía en 1940 tres millones de habitantes, y otros tres millones en el conurbano. Hoy la ciudad sigue teniendo tres millones de habitantes y el conurbano tiene trece millones de habitantes”, señaló Axel Kicillof.
“Eso no vino acompañado por los recursos necesarios para proporcionarle a todos esos argentinos y argentinas, aquello que necesitan y que es obligación del Estado proveer”, agregó. Sin ejercer una defensa a las gestiones municipales -en su mayoría peronistas en el conurbano-, Kicillof expuso un tema tabú: la Ciudad come recursos de Nación a las que otras jurisdicciones no tienen acceso.
A fines del año pasado, INFOCIELO dio cuenta de la diferencia de recursos a partir de la simple comparación entre La Matanza y la Capital Federal, dos ciudades con una extensión similar, al igual que la cantidad de habitantes, pero que reciben fondos de manera muy dispar: CABA tiene 10 veces más recursos económicos.
¿Cómo se puede hacer frente a la resolución de los problemas estructurales sin recursos? Opina el gobernador de la Provincia: “Es imposible”. Por ese motivo, hoy reclamó nuevamente la recomposición de los recursos coparticipables, una disputa que llegó hasta la Corte Suprema.
La provincia de los gobernadores porteños
Para colmo de males, las últimas gestiones de la provincia de Buenos Aires no han tenido una agenda bonaerense, sino que más bien se han ceñido a la extensión que el Gobierno Nacional -con sede en Capital Federal- ha ejercido.
Antonio Cafiero, Carlos Ruckauf, Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Daniel Scioli, María Eugenia Vidal… y también Axel Kicillof, la línea sucesoria de gobernadores en los últimos 35 años tiene esa característica en común.
Alejandro Armendáriz, el último de los gobernadores puramente “bonaerenses” fue -no casualmente- el último en oponerse a la baja de la coparticipación. La resistencia duró poco: un año después asumiría Cafiero, y aprobaría que la provincia que produce alrededor del 40% del PBI nacional sólo reciba el 19,93% de retribución impositiva.
Kicillof es el primero de “los porteños” en reconocer y señalar la problemática. “Todo eso se podrá administrar mejor o peor, pero es claro que sin recursos es absolutamente imposible. Con recursos se podrán despilfarrar, subejecutar o dirigir mal, pero sin recursos es imposible. Y ese es el caso de la provincia de Buenos Aires”, afirmó.
“La provincia de Buenos Aires no tiene los recursos que necesita proporcionales a la población y a sus necesidades. Y eso pasa desde hace mucho tiempo”, reconoció el Gobernador. Debió llegar a ocupar el sillón de Dardo Rocha para notarlo: como Ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner no hizo nada para modificar la situación.
Kicillof graficó el problema del reparto inequitativo de recursos.
Una lucha por la restitución histórica
Con ese horizonte, la provincia de Buenos Aires debe imponer en la agenda su necesidad de recuperar los recursos que le fueron quitados, y reparar el error de gobernadores como Eduardo Duhalde que cuando tuvieron la chance eligieron otras alternativas.
Kicillof destacó el PREIMBA, “un plan de obras único, integrado, entre Nación, Provincias y Municipios. Más allá, también, de la pertenencia política de sus máximas autoridades”. Es un paso hacia adelante. Pero hacen falta más.
La raíz debe ser la identidad bonaerense, con dirigentes políticos surgidos “de este lado de la General Paz” que trabajen para la generación y defensa de los recursos de la provincia de Buenos Aires en el Congreso, y no sean marionetas de los intereses partidarios, lealtades cruzadas u obediencias debidas. Las elecciones legislativas en 2021 son una nueva oportunidad de encarrilar ese camino.
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