Mientras la grieta de profundiza la hora de calificar al golpe de Estado en Bolivia, en Demasiado Humo debatieron sobre las implicancias de lo acontecido y cómo puede repercutir en Argentina. La voz de la comunidad boliviana y el análisis político internacional fueron abordados.
Al respecto, Wilber Cervantes, referente del Movimiento Unidad Popular, relató “formo parte de la comunidad boliviana y estoy un poco triste por todo lo que está pasando. Mi familia está allá y la está pasando mal”.
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A su vez, el ex precandidato a concejal platense por la lista que encabezó Federico Martelli en las PASO y compitió en la interna del Frente de Todos, afirmó: “Está claro que es un golpe de Estado”.
En torno a la evaluación que hace de la gestión de Evo Morales, contó que “han mejorado en los últimos 14 años la reivindicación de la clase social y se ve claramente. Cada dos años voy y cada vez está mejor”.
Por su parte, Lisandro Sabanés, analista de política internacional, habló sobre el análisis que podría hacer Mauricio Macri en cuanto a la situación y expresó que “es un gobierno en retirada y están pensando las futuras marchas y protestas que le van a hacer a hacer Alberto Fernández”.
Entonces, sostuvo que “el golpe de Estado en Bolivia arranca antes, no con el comándate del ejército diciéndole ‘le sugerimos presidente que renuncie”, y añadió que “empieza con las organizaciones y ONG de Santa Cruz de la Sierra, del Oriente, de la zona rica de Bolivia que ya intentado separarse del resto del país hace diez años”.
Más adelante, manifestó que “empiezan como organizaciones ambientalistas y desde ahí se empieza a instalar el clima de desestabilizar con el argumento, que le cede Morales erróneamente, de forzar su re reelección”.
Por último, sentenció: “Me parece que Macri quiere decir hábilmente que las protestas civiles no son un golpe de Estado. Él ve que la gente que sacó a la calle en el tramo final de la campaña va a tratar de instalarla para protestar contra Alberto Fernández”.
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