La fuerte conmoción provocada por las inundaciones en Bahía Blanca no solo dejó daños materiales y humanos, sino que también desató un cruce político inesperado. El expresidente Mauricio Macri opinó que, aunque le resulte “desagradable”, el presidente Javier Milei debería reunirse con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, para coordinar la respuesta estatal ante la emergencia.
Ante estas declaraciones, el jefe de gabinete bonaerense, Carlos Bianco, respondió en “Radio con Vos” con una frase que no pasó desapercibida: “A mí también me resulta desagradable juntarme con algunos dirigentes, pero lo hago igual“.
De esta manera, Bianco dejó en claro su postura sobre la necesidad del diálogo institucional, más allá de las diferencias políticas o personales.
LA REUNIÓN QUE AÚN NO FUE
El funcionario provincial también señaló que hasta el momento no se concretó ninguna reunión ni pública ni privada entre Kicillof y Milei para abordar la crisis en Bahía Blanca.
Esto a pesar de que el presidente, luego de cinco días de la catástrofe, decidió visitar sorpresivamente la ciudad este miércoles por la mañana, acompañado por su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La visita de Milei a Bahía Blanca se dio después de que la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner publicara un mensaje en redes sociales recordando cómo, durante su gestión, se hizo presente en múltiples situaciones similares.
La coincidencia temporal entre el tuit de la ex presidenta y la repentina llegada del jefe de Estado a la zona afectada generó suspicacias sobre si su mensaje influyó en la decisión de Milei.
Sin embargo, a pesar de la presencia del presidente en Bahía Blanca, no hubo ningún tipo de anuncio sobre una posible reunión con Kicillof.
El gobernador bonaerense había pedido públicamente la posibilidad de un encuentro con Milei para coordinar la ayuda del Estado nacional en la reconstrucción de la ciudad, algo que demandará varios miles de millones de pesos.
MACRI Y EL DESAGRADO MUTUO
La falta de diálogo entre ambos mandatarios y la resistencia del presidente a un encuentro con Kicillof son muestras de las profundas grietas políticas que atraviesan la relación entre Nación y Provincia, incluso en medio de una emergencia climática de gran magnitud.
En este contexto, la intervención de Mauricio Macri, llamando a Milei a dejar de lado sus diferencias y priorizar la gestión, suma nuevo capítulo a la tensión política.
Carlos Bianco, con su declaración a, María O’donnel, buscó exponer la contradicción en la actitud del oficialismo nacional.
Al remarcar que a él también le resulta “desagradable” reunirse con ciertos dirigentes, pero que lo ha hecho en función de la responsabilidad de gobierno, dejó entrever que la negativa de Milei responde más a una postura ideológica o personal que a una decisión de gestión.
Mientras tanto, Bahía Blanca continúa lidiando con los efectos devastadores de la inundación y con la única certidumbre del apoyo millonario de la Provincia de Buenos Aires sobre cómo financiar su reconstrucción.
En medio del desastre, la política nacional sigue imponiendo sus tiempos y resistencias, aunque la urgencia social exija lo contrario.