El Banco Mundial difundió este jueves sus estimaciones de crecimiento para América Latina, en la que Argentina crecerá apenas por encima del promedio: un 3,4% frente al 2,3% regional en el presente año.
De ese modo, el organismo mejoró las expectativas de crecimiento informadas en enero, cuando pronostícó un crecimiento de la economía argentina del 2,6%. A la vez que indicó que en 2023 el crecimiento sería del 2,5%, al igual que en 2024.
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Al respecto del a región, el Banco Mundial informó que luego de un rebote de 6,9% 2021, se espera que el PIB de la región crezca 2,3 por ciento este año y un 2,2 por ciento adicional en 2023.
Y alertó: “Estas modestas proyecciones colocan al crecimiento regional entre los más bajos del mundo en un momento en que la región enfrenta grandes incertidumbres, como la posible aparición de nuevas variantes del coronavirus, un aumento de la presión inflacionaria y la guerra en Europa, que amenaza la recuperación mundial”.
A la vez que aclararon que “la previsión de crecimiento regional fue revisada a la baja en 0,4 por ciento tras la invasión rusa de Ucrania”. “La invasión rusa de Ucrania introdujo un nivel de incertidumbre importante en las previsiones, aunque queda claro que moderará la recuperación de la región y exacerbará las presiones inflacionarias”, indica el informe publicado.
Además, el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, expresó que “nos encontramos en un entorno mundial de gran incertidumbre, que podría impactar en la recuperación post pandemia. No obstante, a largo plazo los desafíos del cambio climático serán aún más apremiantes, lo que nos obliga a avanzar de forma urgente hacia una agenda de crecimiento más verde, más inclusiva y que eleve la productividad”.
“Argentina tuvo el año pasado un buen año, muy por encima de sus pronósticos, con un crecimiento de un 10,3%”, explicó por su parte Bill Maloney, jefe para la región del Banco Mundial, y sostuvo que “estamos pronosticando 3,6% de crecimiento este año y 2,5% en 2023. Esto es obviamente por encima de los pronósticos del mercado, pero nos parece un buen ritmo si lo podemos lograr”.
La guerra y la inflación
Tras señalar que la guerra en Ucrania repercutió una dinámica inflacionaria alcista, el Banco Mundial describió que la inflación en la región oscila en torno a 7 por ciento, “suscitando el temor de que los contratos salariales incluyan cláusulas inflacionarias que deriven en una espiral de precios de difícil contención. Tanto la inflación general como la inflación núcleo exceden las metas de los bancos centrales de toda la región, tensando los presupuestos familiares y elevando la pobreza”.
“Esta situación se ve agravada por una inflación mayor a la prevista en las economías avanzadas, ahora exacerbada por la presión de los productos primarios y la menor actividad económica mundial surgida de la agresión rusa”, agregan.
Y explican que “las previsiones de crecimiento en Estados Unidos, la zona euro y Japón cayeron en 0,4, 1,0 y 0,6 puntos porcentuales, respectivamente, desde los cálculos de enero de 2022. Las subas en el precio del gas y petróleo, metales y granos podrían tener un incipiente impacto positivo en aquellas economías de América Latina que tradicionalmente exportan estos productos, si bien el efecto general dependerá de las expectativas sobre la naturaleza transitoria de la suba de los precios de los productos primarios, así como de su volatilidad”.
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