“Quedar libre en este momento del año no es una buena situación” cuenta Dalmiro Gaeto, uno de los tantos futbolístas que día a día pelean pos su sueño de vivir de lo que aman pero que chocan de frente con una realidad bien distinta a los clubes de Primera. Quedar libre, para los jugadores de fútbol es quedarse sin trabajo y la realidad de los jugadores, en este caso, de Primera B Metro dista de la ideal. El club Excursionistas no le dio la chance de negociar su contrato y se quedó, en un contexto económico adverso, sin su fuente de trabajo.
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Gaeto, nacido en San Nicolás y formado en su liga contó su realidad en Solo Ascenso, donde contó que “Espero que se tome conciencia algún día y se dé una vuelta de tuerca a lo que son los contratos en el futbol argentino y se respeten. Más allá de todo, los jugadores somos seres humanos y detrás de cada uno de nosotros hay una familia que sufre”.
El volante que jugó en La Emilia y General Rojo en el Torneo Federal B y que supo vestir también las camisetas de Villa Dálmine, Argentino de Quilmes y Ferro Carril Midland le toca padecer una realidad similar a la de muchos colegas de ascenso.
“La decisión no pasó por mí, fue pura y exclusivamente de la comisión directiva por un tema económico. Yo dejé a disposición de ellos mi salario para poder arreglar y seguir en el club. Lamentablemente nunca quisieron escucharme” cuenta “El rasta”.
Hoy su historia cobra relevancia por lo explícito de su relato “Esto es mi trabajo y hoy siento que me sacaron el pan de la mesa a mí y a mi familia” sin embargo se muestra optimista “Es positivo, pero la realidad es que hay solamente dos cupos por equipo y la situación no está fácil” en el cierre levanta las banderas de Los redonditos de Ricota para darse ánimos y recuerda que “el que abandona no tiene premio”.
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