Este lunes 19 de agosto se conmemora el Día Nacional de la lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico. Conocé qué es, cómo se contagia y cuáles son los mitos en torno a esta enfermedad.
La Sociedad Argentina de Pediatría compartió a través de sus redes sociales un verdadero o falso para concientizar acerca de cuántos sabemos del Síndrome Urémico Hemolítico.
Mitos y verdades del Síndrome Urémico Hemolítico
El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) no es una enfermedad que solamente afecta a menores de 5 años: Desde la institución aclaran que aunque es más común en menores de 5 años, le puede ocurrir a cualquier niño de edad pediátrica, inclusive hasta adolescentes.
La forma más frecuente de contagio del SUH es a través de carne vacuna mal cocida: Efectivamente, la forma más frecuente de contagio del SUH es por la carne vacuna mal cocida, todos los cortes, principalmente la carne picada.
La Sociedad Argentina de Pediatría explica que la bacteria Escherichia coli muere con el calor (a 72° C). En este sentido, la forma principal de prevenir dicha enfermedad es cocinar bien todas las carnes hasta que no queden rosadas ni jugosas por dentro.
“Si vas a cocinar carne, siempre bien cocida. Hacé hamburguesas finas o albóndigas pequeñas para que llegue el calor adecuadamente”, recomienda la SAP. A su vez, resaltan que es importante tener en cuenta al cocinar: usar superficies y utensillos diferentes para alimentos crudos y cocidos para evitar la contaminación cruzada y lavar siempre las manos con agua y jabón antes de comer, manipular alimentos y despúes de tocar alimentos crudos, ir al baño o cambiar pañales.
Otra cuestión a tener en cuenta, según la SAP, tiene que ver con estar atentos de los síntomas de los más chiquitos. “Aunque tu hijo se sienta bien y no tenga fiebre, la diarrea puede ser signo de una infección que podría contagiar a otros niños”, sostiene. Es por ello que es recomendable que se queden en casa hasta que la diarrea se resuelva y consultar siempre con un médico. Desde la institutución insisten en que llevar al niño a la guardería o a natación puede poner en riesgo a los demás niños de contraer la infección.
Otra de las creencias que se suelen repetir es que si un niño tuvo SUH y ahora no se enferma y come bien no debe ser controlado, pero lo cierto es que el daño renal no produce síntomas, no duele y no molesta.
De acuerdo a la SAP, es crucial realizar controles periódicos con un nefrólogo pediatra, que puede detectar estos problemas a tiempo a través de análisis de sangre, orina y estudios de imagen: “La detección temprana permite iniciar tratamientos que pueden enlentecer o detener el avance de la enfermedad y evitar complicaciones graves”, explica la Sociedad Argentina de Pediatría.