Cada vez más familias argentinas recurren al endeudamiento con tarjeta de crédito para cubrir gastos básicos como la compra de alimentos, en un contexto marcado por el fuerte ajuste fiscal impulsado por el presidente Javier Milei. Pese a la estabilización de algunas variables macroeconómicas, el consumo no se reactiva y las señales de deterioro en la economía real se multiplican.
Según un informe del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE), el 58% de los hogares endeudados con tarjeta de crédito lo están por gastos alimentarios. El uso del crédito para necesidades cotidianas refleja el impacto de una inflación que sigue elevada y de salarios que no logran recuperar poder adquisitivo. Además, un 15% de los hogares tomó nuevas deudas en lo que va del año, mientras que un 12% arrastra pasivos desde 2023 o incluso antes. El 65% tiene entre dos y tres compromisos financieros activos.
Detalles del informe
En ese marco, los datos oficiales también advierten sobre un aumento sostenido de la morosidad. De acuerdo con el último informe del Banco Central de la República Argentina (BCRA), la tasa de morosidad en tarjetas de crédito alcanzó en marzo el 2,8%, el nivel más alto de los últimos tres años. En cuanto a los préstamos personales, la morosidad superó el 4,1%, marcando un récord en los últimos nueve meses.
El deterioro financiero también afecta al sector empresarial. El mismo informe del BCRA señala que los cheques rechazados por falta de fondos crecieron un 91,7% interanual y un 11,2% en relación al mes anterior. En total, se contabilizaron más de 64.000 cheques rechazados, con una tasa de rechazo del 1,3% sobre el total compensado, el peor registro en cinco años.
“La cobranza de los créditos se está volviendo más pesada”, advirtió Gastón Rossi, director del Banco Ciudad, en una declaración que grafica el clima de preocupación en el sistema financiero. “Es una luz amarilla”, sostuvo, en referencia a la caída en la capacidad de pago tanto de consumidores como de empresas.
La Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) también confirmó la tendencia: la irregularidad en el crédito al sector privado aumentó al 2% y ya acumula cuatro meses consecutivos de subas. En paralelo, consultoras privadas revelaron que la morosidad del crédito no bancario subió al 10,4%, un punto más que el mes anterior y más de tres puntos por encima del mínimo registrado en noviembre pasado (7,4%).
El ajuste, la contracción del consumo y la presión sobre los ingresos familiares están generando un escenario de creciente fragilidad financiera que ya se refleja en los datos duros del sistema crediticio.