Desesperación y desolación son las dos sensaciones que predominan hoy en Roque Pérez por la crisis económico-social que se desató tras la quiebra de la histórica avícola Criave. La solución fue fruto de esa situación: renuncias, mitad de jornada, mitad de sueldo y hasta un molino convertido en lavadero de autos.
El juez que intervino en la causa declaró la quiebra de la firma de la familia Pereda el 12 de junio pero también habilitó a los trabajadores a seguir faenando pollos para tres empresas. Así es que unos 600 operarios siguen con cuatro horas diarios y cobrando entre 10 y 11 mil pesos, menos que la mitad de antes.
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En la parte del molino –donde se guardaba el alimento para los animales-, el escenario es más dramático. Las cuarenta personas que allí tenían actividad pusieron un lavadero de autos para subsistir. En ese sector, para colmo, los haberes llegaban a 40 mil pesos. Hoy se rotan para atender ese nuevo “emprendimiento”.
Se calcula que desde mayo, por mes, dejaron de circular en la ciudad unos 20 millones de pesos. El impacto de este faltante lo sufren, principalmente, los comercios locales y las pymes. A nivel condiciones laboral, todo es muy irregular.
“Seguimos trabajando con los terceros pero todo en negro y haciendo nada. Vamos cobrando lo que vamos haciendo. Se paga 35 pesos cada cajón y eso se divide entre los que vienen a trabajar”, explicó a INFOCIELO Franco Díaz, uno de los afectados y delegados del reclamo.
“Al no haber otra oferta de trabajo no te queda otra que seguir en esto”, agregó. El temor de los empleados son los rumores de que una nueva empresa quiere hacerse cargo del predio pero con sólo 200 puestos, lo que sería un recorte de 400 lugares.
Como ya se informó, Criave era fundamental para la escena doméstica. Según estimaciones oficiales, unas tres mil personas llegaron a depender de la planta, un cuarto de los 12 mil habitantes del distrito. El intendente peronista Juan Carlos “Chinchu” Gasparini mantiene conversaciones con la Provincia y con los empresarios para reflotar la actividad. Desde el massismo y el kierchnerismo en la Legislatura habían pedido medidas urgentes.
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