El primer programa de la nueva temporada en A24 tuvo todo menos una salida prolija al aire. Problemas de audio, cortes extraños y ruidos de fondo marcaron la entrevista de Antonio Laje con el presidente Javier Milei. Sin embargo, lo que podría haberse explicado fácilmente como fallas técnicas normales en un estudio recién inaugurado, se convirtió en una teoría conspirativa en la mente del mandatario.
A pocas horas de la emisión, Milei se quejó en redes sociales, asegurando que los ruidos y cortes de audio no fueron casuales. Según su interpretación, alguien intentó sabotearlo para perjudicar su imagen y hacerlo parecer “loco”. Como argumento, recordó una entrevista previa en la misma señal, antes de las elecciones de 2023, en la que—según él—también se habrían producido ruidos extraños, tos forzada y otras maniobras para desconcentrarlo.
Sorpresiva “sumisión”
El planteo, que en cualquier otro contexto sería descartado por absurdo, encontró eco en el propio Antonio Laje. Durante su programa del día siguiente, el conductor expresó su indignación y mostró sumisión al mandatario en partes iguales.
En un tono serio y contrito, pidió disculpas al presidente y a la audiencia, asegurando que lo ocurrido no tenía explicación y que, aunque siempre hay problemas en los estrenos, lo sucedido fue “una barbaridad”.
“Fue extremadamente raro”, repitió varias veces, dejando entrever que podría haber algo más detrás del caos técnico. Y aunque evitó señalar directamente a alguien, su discurso dejó flotando la sospecha de que el supuesto sabotaje podría haber venido del personal técnico del canal, ya sean sonidistas, camarógrafos o iluminadores.
El planteo resulta particularmente llamativo si se tiene en cuenta que A24 no ha sido, en los últimos tiempos, un espacio hostil para Milei. Si bien en el pasado la señal tuvo una línea editorial más contraria, la actualidad está demostrando un trato más que amigable con el presidente. Varios de sus periodistas y columnistas son indulgentes con el libertario, dándole múltiples espacios y evitando confrontaciones.
El propio Laje, en más de una ocasión, lo entrevistó con guantes de seda.
Resulta paradójico, entonces, que ahora se suba a la teoría conspirativa del presidente, sugiriendo que pudo haber un plan orquestado para sabotearlo. ¿De verdad Milei cree que el personal técnico de A24 está complotando en su contra? ¿O simplemente está utilizando cualquier problema menor como excusa para reforzar su relato victimista?
Más allá de lo que realmente haya sucedido en el estudio, lo que queda claro es que el discurso paranoico del presidente sigue encontrando terreno fértil en algunos periodistas dispuestos a inclinarse ante su figura. Y en este caso, Antonio Laje no solo le pidió disculpas, sino que prácticamente validó su delirio.