Por Andrés Caviglia
No pasa por ser optimista ni por ser dramático. Esta etapa de recambio de la Selección Nacional, sin históricos, con nuevo capitán y sobre todo, sin las insoportables mochilas de las frustraciones pasadas, es para analizar con calma. Es un renacer celeste y blanco. Una nueva oportunidad y como tal, es preciso no intoxicarla con urgencias que exceden a los intereses de la propia Selección.
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Al término del partido el técnico interino, Lionel Scaloni, fue consultado por la ausencia de Dybala desde el arranque. El “Gringo”, conocedor del paño y del juego periodístico, desactivo rápido una bomba que el propio hermano del jugador había instalado cuando escribió en su twitter “No pueden ganar plata con vos entonces no vas a jugar”.
“¿Ustedes piensan que yo tengo un problema con él? Este es un fenómeno. Lo que pasa es que no entrenamos en la semana. Él lo sabe bien. Es un grande. No hagan cosas de una boludez, nosotros necesitamos que Argentina tire para adelante no para atrás” La frase corresponde al técnico Scaloni y su referencia era para Dybala, que a su lado asentía las palabras del técnico para después agregar “Estoy recontra con él, es así”.
Todo lo contado hasta recién tiene que ver con lo externo, no analizamos aún lo importante. Lo verdaderamente importante, que es lo futbolístico. Sin embargo el gesto del entrenador nace en medio de la demanda de conflicto con la que convive la Selección hace años.
Por eso Scaloni desactiva la bomba. Porque en la eras de las redes sociales el comentario de un “hermano de” puede generar portadas en cuanto medio pueda encontrarse en Internet. Lo que el rosarino hizo fue trabajar sobre un grupo, sobre una identidad y sea Scaloni o el entrenador que venga, con estos jugadores, tendrá la posibilidad de crear desde las cenizas.
Hoy Argentina es menos que varios equipos pero solamente porque este proyecto es recién nacido. Nadie puede descreer de las posibilidades del futbolista argentino, de los más requerido en el mercado mundial. Fue y será superior a Guatemala siempre por el don innato de futbolero con el que carga el nacido en estas tierras pero fue menos que Colombia anoche en Estados Unidos.
Colombia es una Selección depurada, con arquero y centrales mundialistas, con un jugador de élite como Cuadrado (compañero de Dybala en Juventus) que se amalgama con delanteros que vienen jugando juntos durante los cuatro años de Pekerman. Argentina no tuvo a Messi y Colombia no tuvo a James Rodríguez. Sin embargo, mientras el equipo cafetero se amoldo a una ausencia el argentino lo hizo a la restructuración general.
El arco da la sensación que es y será de Armani, que Romero será el tercero para aportar al grupo y al crecimiento particular de Gerónimo Rulli el otro guardavalla de la Selección. La presencia de Bustos en el lateral derecho tiene que ver con la ausencia de Mercado, pero es una opción válida por sacrificio y personalidad. El juvenil de Independiente vive lo que vive la Selección actual en general. Ambos están en proceso de adaptación y ambos parecen muy difíciles de ser pasados por arriba por alguien.
En el medio campo la presencia de Exequiel Palacios es una muy buena noticia. Presencia y buena distribución son algunas de las virtudes que salen a la vista de este juvenil que juega igual con la de River que con la de la Selección.
Lo Celso mostró cosas de líder futbolístico. En sus pies nace el juego argentino y si bien Pity Martínez y Maxi Meza acompañaron sin demasiadas falencias, aún no son los volantes ofensivos de jerarquía que la Selección reclama, pero como el resto, están en proceso y no han desentonado al nivel general
Párrafo aparte para Icardi. Está claro que los últimos años de la Selección podían evitar al capitán del Inter, pero ya no. Si la renovación es real debe nacer en su figura. Sacrificado e incansable, fue el estandarte del ataque nacional. Sin ninguna jugada clara, es cierto, pero haciendo el trabajo sucio en un esquema que por momentos lo aisló demasiado.
Icardi dijo “En estos partidos me hicieron sentir el 9 de la selección, veremos si es mía de aquí en más”. Él sabe que tiene un competidor feroz sobre Agüero o Higuaín (que hay que ver si son citados nuevamente) y tiene nombre y apellido Giovanni Simeone, el hijo del Cholo demostró algo para no ignorar, no es menos que nadie y eso es una gran noticia.
Como lo es tener la posibilidad de ser testigos de la levantada de una Selección a la que a todos le gusta ver ganar pero que nadie evita herir al primer tropiezo. Se equivoca Scaloni al decir que no hay que tirar para abajo. Cada cual puede hacer lo que quiera, pero nadie podrá evitar sentirse un tonto al pretender contar el final de una película que recién comienza y que todavía tiene mucho por delante.
Para la doble fecha de octubre también tiene dos rivales confirmados: enfrentará a Egipto el jueves 11, con sede a definir, mientras que el 16 será el Superclásico de las Américas, contra Brasil en Arabia Saudita . Además, jugaría otros dos encuentros en el receso de noviembre.
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