“¿Era el himno de la Champions lo que acaba de sonar?”. Esa pregunta se la hicieron millones de espectadores, a través de las redes, mientras observaban este sábado la coronación de Carlos III del Reino Unido por televisión.
La historia detrás merece ser contada porque incluye ribetes que involucran un plagio parcial pero “blanqueado”, sobre una obra cuyos derechos de autor ya estaban prescriptos.
TE PUEDE INTERESAR
Un especialista español en contar la historia de la música hizo durante el mediodía europeo, (la mañana en Argentina) un buen resumen que logró explicar por que razón en la coronación inglesa pareció escucharse nítidamente ese himno tan particular y querido para los futboleros.
ROBO PARA LA CORONA
La Copa de Europa nació en 1955 pero en 1992 cambiaron su nombre y su formato a Champions League. Para celebrarlo y conmemorarlo, el compositor inglés Tony Britten compuso y creó un himno para la Champions League con letras en inglés, francés y alemán.
Pues bien, este himno en verdad no está creado ni compuesto desde cero, sino que es un arreglo o una adaptación de uno de los cuatro himnos de coronación: Zadok the Priest (Zadok el sacerdote), compuesto por el compositor alemán-inglés G. F. Häendel
El Himno es uno de los cuatro himnos que forman el Coronation Anthems (Himnos de Coronación) sobre textos de la Biblia del Rey Jacobo y compuestos en 1727 debido a la coronación de Jorge II de Gran Bretaña.
George Friedrich Haendel, aunque nacido en lo que hoy es Alemania, es considerado compositor inglés, donde acabó viviendo y trabajando casi toda su vida.
Zadok the Priest (de la que estamos hablando) es entonces una obra espectacular donde coro y orquesta desarrollan unas melodías en un larguísimo crescendo de cuerdas que parece no tener fin…hasta que todo explota en un triunfalismo sin igual a mayor gloria del rey con la entrada de las trompetas.
Se ha usado en todas las coronaciones inglesas. La última, la de Isabel II.
Es majestuoso. Es emocionante.
Es una maravilla.
Y a Tony Britten le encantó…
Tony Britten no es que haya tenido una enorme carrera. Básicamente comenzó trabajando en la producción musical de montajes teatrales como Oliver o The Rocky Horror Picture Show y después haciendo lo mismo para cine.
Hasta que, como quedó dicho en 1992 le tocó la loteria. Lo llamó la UEFA.
Ese año la institución había remodelado la competición antes llamada Copa de Europa y pretendían darle un aire más grandioso.
Y no hay nada más grande que un buen himno. “Y no sé muy bien porqué, se lo encargaron a nuestro amigo Tony“, dice el melómano español. Que ese día no tenía muchas ganas de currar (trabajar).
UN PLAGIO SIN CONSECUENCIAS
Lo que hizo Tony Britten fue tomar trozos del himno original de Haendel y usarlos de inspiración…dijo él. Vamos a ver, Tony. Vamos a ver. Lo que hiciste fue recortar el crescendo para dejarlo en cuatro compases, y meter el subidón de golpe. Y dejarte fuera el final.
“En fin, que esta es la razón de que el paseo de Carlos y Camilla les haya hecho pensar que al final iban a dar unos toquecitos a la pelota“
Simplemente, porque el pobre George Friedrich Haendel lleva mucho tiempo muerto y ya no hay a quien pagarle las regalías.
TE PUEDE INTERESAR