Luego del video que se viralizó a través de las redes sociales donde un grupo de turistas forcejeaba con inspectores municipales de Pinamar y una pareja de policías para evitar que le incauten una canasta a un vendedor de churros, el intendente Martín Yeza lamentó lo sucedido y justificó que se decomise la mercadería por cuestiones bromatológicas.
“La venta ambulante está permitida, pero tiene un sistema que busca el equilibrio entre que exista oferta y que a la misma vez la playa no sea un griterío de ofertas “Helado, helado!”. Buscamos que la gente venga a descansar”, señaló el jefe comunal de Pinamar.
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Y agregó: “con el punto anterior pueden no estar de acuerdo, pero hay una cuestión central y es el de los cuidados bromatológicos. Sobre esa venta de alimentos, sin licencia, desconocemos en qué condiciones fueron producidos y quizás se los estás dando a tus hijos. Por eso los cuidamos”.
En ese sentido aclaró nuevamente que “se pueden vender churros en la playa. Por ejemplo, Churrería El Topo puede hacerlo, para eso tiene una cocina en condiciones bromatológicas y una licencia. Los que no pueden vender son los que no tienen licencia ni cocina declarada“.
Ante las críticas por cortar la libertad de trabajo y avanzar sobre un cuentapropista que buscaba ganar unos pesos, Martín Yeza señaló que en el municipio “tenemos mas de mil puestos de trabajo en blanco disponibles”, y lamentó la agresión a los agentes municipales.
“Si es por puestos de trabajo en Pinamar hay muchos puestos de trabajo, pero a los dos agentes de fiscalización los arañaron por impedir que retuvieran mercadería de dudoso origen. Le agradezco a los agentes el trabajo que hicieron, ojalá les lleguen las disculpas”, publicó junto a una imagen donde muestra las lesiones de una de las agentes.
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