Apenas unas horas después de que una multitud colmara las calles porteñas para denunciar lo que consideran un encarcelamiento injusto de Cristina Fernández de Kirchner, la gala de los Premios Gardel 2025 se tiñó de política de manera inesperada, aunque reveladora.
Por un lado, Teresa Parodi, emblema del folklore argentino y exfuncionaria kirchnerista, dedicó su premio a la expresidenta con un discurso encendido contra los recortes culturales y la persecución ideológica.
Por otro, en la alfombra roja, el joven artista Paco Amoroso, ícono de una generación muy distinta, soltó un “Viva Perón” entre risas incómodas, menciones a Maradona y un ninguneo abierto a Messi.
Como si los estertores de la manifestación aún resonaran en las paredes del Teatro Coliseo de CABA, la política se metió por las rendijas del espectáculo y, al menos por una noche, volvió a juntar a Gardel, Maradona y Perón en una misma escena.
EL PREMIO GARDEL A TERESA PARODI
La cantante y autora emblema del litoral ganó el Gardel a la Mejor canción de folklore por “Siempre a la misma hora“, escrita junto a su nieto Octa.
En lugar de limitarse a los agradecimientos de rigor, subió al escenario con un mensaje tan claro como combativo: “La música es amor, se premia aquí el amor. Por eso digo no al discurso del odio que reina en nuestro país hoy. Digo no al vaciamiento cultural que pone en peligro instituciones maravillosas que son un orgullo nacional. Hay tanta patria en el arte. Digo no a la descalificación permanente de las sociedades de gestión colectiva que cuidan, defienden y distribuyen los derechos intelectuales de los creadores y de los intérpretes de la música. Digo no a la persecución y la estigmatización de los que piensan distinto”.
Y, como broche, con voz temblorosa pero decidida, agregó: “Con todo mi corazón quiero dedicárselo muy especialmente a Cristina Fernández de Kirchner”.
La ovación fue automática. El Teatro Coliseo, colmado de artistas, músicos y técnicos, se puso de pie para aplaudir. No hubo silencios incómodos ni miradas esquivas: la sala acompañó cada una de sus palabras, como si la dedicatoria no fuera un acto divisivo, sino un gesto de pertenencia compartida. En tiempos en los que muchos prefieren evitar pronunciar nombres incómodos, el nombre de Cristina hizo vibrar el auditorio.
EL ‘VIVA PERÓN’ DE PACO AMOROSO
Más temprano, en la alfombra roja, otro gesto, menos calculado pero igual de simbólico, hizo ruido en las redes.
Una periodista abordó a Paco Amoroso, que llegó junto a su compañero Ca7riel. Con el tono disperso de quien no quiere estar mucho tiempo en cámara, Paco respondió con monosílabos hasta que, sin aviso, soltó: “Aguante Gardel, aguante Maradona. Viva Perón”. ¿Y Messi?, preguntó la cronista. “Maradona es mejor”, cerró él, sin dudar. La escena fue subida a X por varias cuentas, donde se viralizó con tono celebratorio.
Que un artista de menos de 30 años, sin pasado militante conocido, nombre a Perón como parte de su panteón cultural junto a Gardel y Maradona, no es un dato menor. Y menos en el contexto de un país sacudido por un nuevo ciclo de ajuste, con una expresidenta detenida y una calle que, una vez más, volvió a hablar.
La entrega de los Premios Gardel fue, sin quererlo, un espejo de esa Argentina: donde conviven el homenaje sentido, la irreverencia generacional y los fantasmas que aunque los quieran condenar al ostracismo, nunca se terminan de ir.