Boca fue noticia durante toda la semana. Por la salida de Marcos Rojo, por la disolución del Consejo de Riquelme (el presidente desvinculó a Mauricio Serna y Raúl Cascini), por la situación de salud de Miguel Russo dirigiendo al equipo y, claro, por una racha que no tiene fin: con el 1-1 ante Racing de este sábado, el Xeneize llegó a los 12 partidos sin victorias y es la peor de toda su historia. Tremendo. Ahora bien, hay en toda esta situación un punto de unión con Estudiantes. O dos. ¿Cómo? Sí…
Ese vínculo no tiene que ver con Rojo y sus idas y vueltas en este mercado con el Pincha, ni tampoco el pasado de Raúl Cascini en el club. Tiene que ver con lo futbolístico. Con resultados y también con escenarios. A saber…
Boca, lo dicho, lleva 12 partidos sin ganar, con cinco derrotas y siete empates. Esto no es sólo por el torneo domestico: incluye el Mundial de Clubes (en donde no le pudo ganar a un equipo semi amateur como el Auckland City) y la eliminación de la Copa Argentina ante Atlético Tucumán. Su última victoria hay que ir a buscarla hace cuatro meses: fue el 19 de abril, en la Bombonera. Su rival: Estudiantes.
Acá es donde entra el Pincha en primer término. En efecto, ese 2-0, con goles de Palacios y de Merentiel, fue el último triunfo de Boca. Con algunas particularidades: todavía el DT era Fernando Gago, Rojo era titular en la defensa, Paredes aún no había llegado y el Xeneize era líder cómodo de la Zona A del Apertura: este domingo, en cambio, podría quedar último en la misma zona del Clausura.
El otro punto de contacto
Sin embargo, la crisis de Boca es anterior a ese último triunfo y a la debacle de resultados que vino después, con derrota en el superclásico, eliminación contra Independiente en los playoffs y este inicio de ciclo de Russo que ya tiene ocho encuentros sin victorias, en el peor arranque de la historia de un entrenador xeneize.
Hay que remontarse hasta la semifinal de la Copa de la Liga 2024. Sí, en otro abril, más precisamente el 30, en Córdoba, el Boca de Diego Martínez (quien ahora volverá rival de Estudiantes en Copa dirigiendo a Cerro Porteño) venía entonadísimo, con marcha de campeón, en el mejor momento de un ciclo que estaba floreciendo. Había eliminado a River en cuartos por 3 a 2 y entonces era el gran candidato a llevarse el título.
De hecho, en ese partido con el Pincha, había empezado ganando con gol de Merentiel, era superior a su rival, hasta que llegó ese insólito penal de Lema que Cetré convirtió en gol ante el por entonces imbatible Chiquito Romero. Y a partir de ahí, todo cambió: con Mansilla de héroe, el Pincha lo eliminó por penales (luego fue campeón ante Vélez) y todo lo que el Xeneize había construido en ese momento se terminó por desmoronar.
Luego, se dieron todos hechos negativos para Boca, uno tras otro, sin parar: la eliminación de la Copa Sudamericana, también otra derrota en el superclásico de local que terminó con Romero a las piñas con los hinchas, la salida de Diego Martínez, la aparición de Gago, otra frustración en Copa Argentina contra Vélez, la eliminación en la Fase 2 de la Libertadores (algo histórico), una nueva caída contra River ahora en el Monumental, la eliminación en cuartos del Apertura contra Independiente en la Bombonera, el adiós a un entrenador que duró menos de seis meses y la continuidad de esta crisis sin fin.
En Boca, muchos piensan que ese partido con Estudiantes fue el verdadero click de la maldición. Y no le faltará razón…