El Juez Federal de la Plata Ernesto Kreplak evitó polemizar con las críticas sobre la tramitación de la causa que investiga las muertes por fentanilo, pero aclaró que la investigación avanza “en tiempo récord, como nunca pasó en la historia judicial argentina” y explicó las dificultades que complejizan el proceso: “en Argentina, el fentanilo no es un producto trazable”, aseguró.
El Estado no guarda registro de la ubicación del opioide, por lo que encontrarlas demandó un minucioso recorrido casi artesanal en todo el país, buscando “ampolla por ampolla”.
Para suplir esa situación, aseguró el magistrado, hubo que desarmar la ruta de circulación, desde el origen del circuito: “allanamos los laboratorios (Ramallo y HLB Pharma); a partir de ahí supimos cuáles era las droguerías a las que les habían vendido. También las allanamos. Revisamos los remitos manualmente uno por uno, y pudimos obtener cuáles era los hospitales a los cuales les había vendido fentanilo de los lotes contaminados”.
Por primera vez desde que arrancó la investigación, el Juez Kreplak dio una entrevista para hablar de la causa, y en medio de un mar de reproches por la presunta “demora” en la tramitación, ilustró la situación a la que se enfrentó en estos meses: “Fuimos a 200 hospitales, uno por uno, y les preguntamos si efectivamente, tal como surgía de los remitos, ellos tenían determinada cantidad de ampollas de fentanilo del lote 31202”
En declaraciones a sitio INFOBAE, el magistrado remarcó que “no hay una disposición que obligue al sistema sanitario a ir informando en tiempo real, ni registrando en tiempo real, en qué lugares están las ampollas de fentanilo”
En los operativos que se desplegaron por todo el país, fundamentalmente en los distritos con mayor nivel de tenencia de ampollas con dosis contaminadas o sospechosas, “le pedimos –a los más de 200 hospitales- que nos digan a quienes se le aplicaron y si e esos casos, o en alguno de ellos, los pacientes habían desarrollado las bacterias que encontramos en los cultivos de las muestras ‘museo’ de los laboratorios, seas las bacterias contaminantes”
La falta de un trazado de la circulación no fue la única traba con la que tropezó la investigación. Hubo otras de índole operativo que, una vez más, atentó contra la fluidez de la tramitación: muchos de los centros asistenciales que recibieron las partidas contaminadas, no disponen de historias clínicas digitalizadas. Literalmente los registros médicos de un paciente quedan registrados en cartón.
Frente a esa situación, el magistrado lamentó que, por no estar digitalizada la información, “no hay forma sistemática de controlar” el suministro, por lo que aparece una “cifra negra” de potenciales damnificados, que hay que reconstruir de forma manual. A ese escenario se suma otra realidad que surgió en el expediente: muchos centros de salud no tienen capacidad de laboratorio o profesionales bioquímicos especialistas para hacer las investigaciones microbiológicas que les permitan llegar a la conclusión de muertes asociadas al fentanilo contaminado”
Esa falencia en un contexto de alta mortalidad por infecciones intrahospitalarias, complejiza más la detención de posibles nuevas víctimas del fentanilo contaminado.
“El Hospital Italiano de La Plata, fue el único hospital que denunció el brote”, aseguró Kreplak, para remarcar la eficacia de la capacidad de contar con laboratorios o profesionales bacteriológicos que puedan descartar una muerte provocada por el suministro del opioide contaminado, de un deceso habitual dentro del sistema hospitalario argentino.
“Esto es importante entenderlo. Las víctimas por infecciones intrahospitalarias de bacterias multi resistentes a los antibióticos son lamentablemente muy frecuentes. Aprendemos, en Argentina es más frecuente que en la mayoría del mundo. Somos uno de los países que tiene mayor resistencia a antibióticos del mundo. Es decir, que hay mucha incidencia de este tipo de bacterias en la mortalidad hospitalaria. Bueno, son muertes que se consideran normales, propias del riesgo hospitalario, digamos del riesgo sanitario, que no se judicializan, no se denuncian, no se reportan. En este caso, esas muertes se produjeron no por bacterias intrahospitalarias, sino por la aplicación de fentanilo contaminado; y eso es lo que muy bien detectó en el Hospital Italiano de La Plata y además lo denunció”, explicó el Juez. Otros centros de salud no disponen de registros ni de facilidades operativas para hacer ese control.
Aseguró, además, estar “trabajando a fondo” para que –dijo- “las víctimas sepan qué fue lo que pasó, y se pueda establecer las responsabilidades que corresponden”, en un universo de 24 personas que tienen algún tipo de imputación en la causa y sobre las que se dictaron algunas medidas concretas, pero que, aún, gozan de la libertad mientras avanza la investigación.
“Algunos pueden pensar que aparecieron el primer día 68 personas muertas, y que nosotros no hemos hecho nada en casi tres meses de investigación”, se defendió Kreplak. En ese sentido, aclaró que, “la realidad, es completamente distinta”
Según explicó “la investigación comienza con 13 fallecidos en un hospital”, en La Plata, pero “si hemos llegado a identificar a 68 probables víctimas en estos casi tres meses de investigación, es por la actividad del Juzgado”
Con relación a los involucrados en la investigación, unas 24 personas identificadas en la causa, el magistrado aclaró que aún no hay auto de procesamiento mientras reúnen las pruebas que hagan sólida la acusación, pero destacó una serie de medidas que sí se tomaron, como “prohibir la salida del país, y dictar la inhibición general de bienes” para que no puedan disponer ni desprenderse de su patrimonio, una forma de garantizar un eventual cumplimiento de resarcimiento por el delito que pueda imputársele.
“Además, se allanaron domicilios, se secuestraron teléfonos, luego se dictaron una cantidad de medidas intrusivas, medidas de coerción porque entendimos que era necesario para garantizar los fines del proceso”, explicó Kreplak
Manifestó estar “cerca” de esclarecer el hecho y deslindar responsabilidades: “confío en que no falta mucho tiempo para poder hacerlo, y, además, lo estamos haciendo en tiempo récord porque menos de tres meses para una investigación de esta característica, es inédito. No paso en la historia judicial argentina”, sentenció.
En ese sentido salió al cruce de los cuestionamientos que lo señalan por una supuesta demora, y calificó esas voces como “opiniones que, desde atrás de un escritorio y sin ninguna responsabilidad con el caso, graciosamente sueltan que la causa no avanza por tal o cual motivo sin tener el más mínimo conocimiento del trabajo que se está haciendo”.