El tercer juicio oral por el crimen de María Marta García Belsunce, la socióloga asesinada de cinco balazos en la cabeza en 2002 en su casa del country Carmel de Pilar, comenzará el 1 de junio próximo y tendrá al exvecino de la víctima Nicolás Pachelo como principal imputado, informaron hoy fuentes judiciales.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro notificó a las partes que el juicio por García Belsunce se realizará en 31 jornadas, fijadas entre el 1 de junio y el 19 de agosto de este año; y contará con otros dos acusados –exvigiladores del country-, mientras que como particular damnificado estará el viudo Carlos Carrascosa (76) -primer condenado y luego absuelto por el caso.
TE PUEDE INTERESAR
En este marco, Carrascosa aseguró hoy sentirse “emocionado” tras conocer la fecha en la que comenzará el juicio por el asesinato de su mujer.
Fuentes judiciales informaron a INFOCIELO que si bien estaba previsto que Pachelo (45) fuera juzgado primero por una serie de robos cometidos en otros countries por los que está con prisión preventiva, el tribunal dispuso iniciar el proceso con el crimen de María Marta.
Además de Pachelo, quien será defendido por su abogado Roberto Ribas, también están imputados en el juicio Norberto Glennon (56) y José Ramón Alejandro Ortiz (44), exempleados de seguridad en El Carmel.
CARRASCOSA, ¿ASESINO O VÍCTIMA?
Carrascosa, viudo de García Belsunce pasó siete años en prisión por este caso hasta que en diciembre de 2020 la Corte Suprema de Justicia de la Nación lo absolvió en forma definitiva, lo que le permitió entonces constituirse como particular damnificado en el expediente.
El TOC 4 rechazó el planteo del exagente de bolsa, pero el abogado Hechem recurrió esa resolución y la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro finalmente revocó la decisión de primera instancia.
Los camaristas consideraron que la decisión del TOC 4 había sido arbitraria y le dieron la razón al planteo del letrado en cuanto a que el viudo fue impedido desde un principio de ser querellante porque estuvo bajo sospecha y luego imputado, pero ahora, al estar absuelto, tiene derecho de serlo por haber sido el principal damnificado del asesinato de su esposa.
De esta manera, tras casi 20 años en los que fue sospechoso, imputado, detenido, excarcelado, juzgado, condenado primero por encubrimiento y luego a perpetua como autor del homicidio; estar preso entre 2009 a 2015 en un penal y un año más en prisión domiciliaria, recuperar su libertad y ser absuelto de manera definitiva, Carrascosa fue tomado en cuenta como víctima en este proceso.
En tanto, los fiscales Andrés Quintana y Matías López Vidal intentarán demostrar la acusación por “robo agravado por el uso de arma en concurso real con homicidio criminis causa agravado” que pesa sobre Pachelo y los dos exvigiladores y que prevé la pena de prisión perpetua.
Para los fiscales, el 27 de octubre de 2002 María Marta fue ejecutada a balazos cuando sorprendió a ladrones adentro de su casa.
La clave de la imputación fue la nueva hora del asesinato fijada a las 18.30 por un forense y que ubicó ese día a Pachelo en Carmel entre las 17.34 y las 18.59, cuando se retiró 29 minutos después de cometido el homicidio.
EL CRIMEN DE GARCÍA BELSUNCE
La socióloga García Belsunce (50) fue hallada muerta el 27 de octubre de 2002 en su chalet del country Carmel de Pilar, con su cuerpo semisumergido en la bañera y su marido Carrascosa declaró siempre que él pensó que había sufrido un “accidente” y se había golpeado la cabeza contra una viga del techo y las canillas.
La autopsia practicada a 36 días del hecho comprobó que había sido asesinada de seis balazos en el cráneo, cinco de los cuales penetraron en el cráneo y el sexto -“el pituto”- le rebotó, con un arma calibre .32 largo.
El fiscal original del caso, Diego Molina Pico, siempre tuvo la convicción de que Carrascosa y otros familiares fueron los asesinos y encubridores y por ello los imputó y llevó a juicio, pero el fallo de la Casación bonaerense que absolvió al viudo en 2016 –y que quedó firmen en 2020-, destacó graves irregularidades en la investigación del funcionario judicial.
El caso tiene una serie de enigmas jamás resueltos: el arma homicida nunca apareció y hay tres misteriosos ADN de dos hombres y una mujer nunca identificados, cuyos rastros de sangre quedaron en una pared de la escena del crimen.
TE PUEDE INTERESAR