El desperdicio de alimentos es un problema de escala global que tiene consecuencias económicas, ambientales y sociales. En nuestro país, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se pierden anualmente 16 millones de toneladas de comida, lo que equivale al 12,5% de la producción agroalimentaria del país. Frente a esta realidad, comienzan a surgir iniciativas que buscan minimizar el impacto de estas pérdidas y abaratar la a veces “impagable” comida.
Una de esas novedades es “Cheaf”, una app mexicana que desembarca en Argentina con una propuesta innovadora: conectar a comercios que tienen excedentes de alimentos que no consiguieron vender por diferentes razones, con consumidores dispuestos a comprarlos a precios mas accesibles y reducidos.
Sobras de alimentos a causa de precios altos
A través de esta aplicación móvil, supermercados, panaderías, restaurantes y otros negocios pueden ofrecer “paquetes sorpresa” con productos en perfecto estado que, de no venderse, terminarían en la basura.
Estos paquetes se comercializan con descuentos que parten del 50%, lo que representa un beneficio para los consumidores, además evita el desperdicio y reduce la huella ambiental del sector alimenticio. Pero aquí para el público local, lo más importante será el valor menor.
Desde su fundación en 2020, Cheaf expandió su presencia a 24 ciudades de México y 14 regiones de Chile, donde logró rescatar más de 5.500 toneladas de comida, es decir, más de 5,5 millones de kilos de alimentos que de otro modo habrían sido descartados.
Este modelo de recuperación de excedentes también tiene un impacto ambiental significativo: al evitar que estos productos se degraden en basurales o rellenos sanitarios, la startup contribuye a reducir la emisión de más de 14 millones de kilos de dióxido de carbono (CO2), un gas de efecto invernadero clave en el cambio climático.
En su llegada a Argentina, Cheaf planea incorporar progresivamente nuevos comercios y expandir su red de alianzas para abarcar distintos rubros dentro del sector alimenticio. En una primera etapa, los paquetes sorpresa estarán disponibles en categorías como frutas y verduras, lácteos, quesos y fiambres, y panadería, pero la expectativa es ampliar la oferta a medida que más negocios se sumen a la iniciativa.
El desperdicio de alimentos no es solo una cuestión de consumo irresponsable o de fallas en la logística de distribución; también tiene un impacto en la economía y en la sustentabilidad de los recursos, además del costo excesivo de alimentarse en la Argentina actual.
La producción de comida requiere agua, energía y tierras cultivables, y cuando estos productos terminan en la basura, todos esos insumos se desperdician junto con ellos y nadie sale ganando.
Es por eso que iniciativas como estas abren una nueva perspectiva sobre cómo abordar el problema: a través de la tecnología, la cooperación con comercios y la conciencia de un consumidor de bolsillos flacos.