Después de 40 años de vida cautiva y una despedida digna de estrella de reality, el tortugo Jorge volvió al mar y ya está “rompiéndola” en su nueva vida acuática. A cuatro días de su liberación frente a las costas de Mar del Plata, los científicos que lo monitorean aseguran que Jorge nada como si nunca se hubiera ido: recorrió más de 60 kilómetros en apenas dos días, se orienta bien y va tranquilo, disfrutando de la luna y de su flamante libertad.
La historia de esta tortuga macho
Pero vamos con un poco de contexto para quien se perdió los capítulos anteriores. Jorge es una tortuga cabezona “Caretta caretta” (nombre técnico sin ninguna otra alusión), tiene aproximadamente 60 años y pesa cerca de 100 kilos.
En los ’80, fue rescatado cerca de Bahía Blanca y trasladado al acuario municipal de Mendoza, donde vivió por más de cuatro décadas como el gran atractivo local. Más recientemente, fue llevado al Aquarium de Mar del Plata para iniciar una rehabilitación pensada para devolverlo al mar.
Esa etapa de adaptación funcionó: el pasado 11 de abril, un equipo interdisciplinario –que incluyó biólogos, veterinarios y personal de la Prefectura Naval Argentina– lo embarcó en un guardacostas y lo trasladó unas 10 millas náuticas mar adentro. Cuando abrieron la compuerta, Jorge no dudó: tocó el agua, se sumergió, y chau, no lo vieron más.
CÓMO A LOS JUGADORES DE FÚTBOL
Pero no se fue así nomás. Los especialistas le colocaron un dispositivo de seguimiento satelital para saber cómo se adapta a su nueva vida. Y los primeros datos entusiasman: Jorge se orienta solo, nada con ritmo constante, evita zonas de peligro y mantiene una velocidad sostenida en dirección norte. Ya pasó frente a Mar Chiquita y se mantiene a unos 30 km de la costa.
“Se mueve con normalidad, nada orientado (nada de nadar), tranquilo, y disfruta de la luna”, contaron desde el equipo de seguimiento, que además monitorea sus patrones de movimiento para detectar signos de estrés o desorientación. Hasta ahora, nada (nada de ‘inexistencia’) de eso: Jorge está “on fire”.
ADIÓS AL AQUARIUM
La liberación coincidió con otro hecho simbólico: el cierre definitivo del Aquarium de Mar del Plata, el último lugar donde estuvo en cautiverio. Así, su partida marcó no solo el fin de una etapa para él, sino también para una forma de relacionarse con los animales marinos.
Claro que la movida no estuvo exenta de polémica. En redes sociales se abrió el debate sobre si una tortuga que vivió 40 años en cautiverio puede realmente adaptarse a la vida salvaje. Pero las primeras señales son optimistas, y el monitoreo vía GPS será clave para saber si Jorge logra reintegrarse por completo a su hábitat natural.
Mientras tanto, desde la tierra firne y con el celular en mano, los especialistas sigue su recorrido como quien sigue un partido de la Selección: con expectativa, emoción y el deseo de que le vaya bien.
Porque después de tanto encierro, Jorge se ganó el derecho de volver a ser un tortugo libre. Y por ahora, todo indica que está aprovechando cada brazada.