El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, vendió humo. En realidad no importa cuándo leas esto, pero hace una semana lanzó una declaración especialmente bochornosa: “El campo no puede seguir subsidiando al conurbano bonaerense, a ese sector improductivo de la República Argentina, que le genera un costo muy grande”, dijo.
Pullaro buscaba con esa frase demagoga granjearse el favor de sus “chacareros”, que, aseguró, hacen un aporte extraordinario a la riqueza del país y se merecen que Javier Milei cumpla la promesa de quitarles de encima el yugo que significa el pago de retenciones a las exportaciones.
TE PUEDE INTERESAR
Vendió humo y fue demagogo porque, en lugar de apuntar al Presidente, eligió agarrárselas con la gente del Conurbano, el territorio de los malos, sucios y feos que cometen el pecado capital de no votar como a él le gustaría.
El mito del “Conurbano improductivo”
Además de cobarde, Pullaro es bruto o mentiroso. Dijo que el Conurbano es “improductivo” y que “genera un costo muy grande” para el país. Lo cierto es que en el Gran Buenos Aires se produce el 19 por ciento de la riqueza argentina. En Santa Fe, para oponer una comparación que le pueda resultar interesante al Gobernador, el aporte al PBI es de 8 puntos.
En ninguno de los tres cordones del Conurbano se produce soja, pero sus trabajadores generan el 28 por ciento del valor agregado industrial a nivel nacional y es uno de los territorios del país que mayor empleo intensivo genera.
Hilando fino, y siempre de acuerdo a datos oficiales, el GBA representa a nivel nacional el 21 por ciento del valor agregado del sector Electricidad, Gas y Agua; el 19 por ciento del sector de la Construcción; el 19 por ciento del Comercio y el 22 por ciento del valor agregado por intermediación financiera, entre otros.
En el Conurbano, para terminar, vive el 44 por ciento de la población económicamente activa y el 43 por ciento de los ocupados nacionales. La tasa de actividad muestra que 48 de cada 100 personas trabajan o buscan trabajo, una media superior a la que exhibe, por ejemplo, la capital de Santa Fe.
Se puede decir más sobre el asunto. Por ejemplo que Buenos Aires recibe la mitad de la coparticipación que podría reclamar. Es “generosa” y permite que los recursos nacionales financien el desarrollo de otras provincias. También alberga una enorme proporción de los trabajadores que las economías de otras regiones del país -y la Ciudad de Buenos Aires- expulsan.
Y, aún con recursos limitados, sale en auxilio cuando las papas queman fuera de los límites de su territorio. Pullaro lo sabe porque recibió recursos bonaerenses para afrontar la crisis de seguridad de Rosario. Esos recursos, Gobernador, los pusieron, en gran medida, los trabajadores del Conurbano.
Silencio cómplice de todos
Resulta grave que un Gobernador hable con tanto desconocimiento o malicia sobre una región donde viven millones de argentinos. Más grave todavía es que no se le haga pagar el costo político de sus bravuconadas.
Sus propios correligionarios se sometieron a un silencio oprobioso. ¿Dónde están el Comité Provincia, los legisladores, los intendentes radicales? Preocupados por la situación de Venezuela. O de vacaciones. O fingiendo demencia.
La UCR sueña con volver a poner un Presidente de la Nación. Maximiliano Pullaro, dicen algunos analistas, tiene proyección nacional. ¿Qué haría respecto del Conurbano ante el improbable caso de que logre sentarse un día en el Sillón de Rivadavia? ¿Recortar todavía más la coparticipación bonaerense para “dejar de premiar” al Conurbano?
Lo peor que nos puede pasar como bonaerenses -radicales, peronistas, liberales o de izquierda- es dejar que estas declaraciones pasen bajo el radar y, por acumulación, sigan construyendo un sentido común nocivo para el futuro de la Provincia y del país.
TE PUEDE INTERESAR