El miércoles pasado, durante la emisión del programa “¿La ves?” en la señal TN del Grupo Clarín, el conductor del ciclo, Jonatan Viale, y el jefe de Gabinete Guillermo Francos protagonizaron un momento que expone crudamente cómo ciertos sectores del oficialismo libertario y del periodismo alineado al poder utilizan causas judiciales con fines políticos. Esta vez, el blanco fue el juez federal Ernesto Kreplak, vinculado adrede (por Viale y Francos) por su apellido —y no por su función actual— a una causa que ya hace meses no tramita.
LA CAUSA DE INSAURRALDE
El diálogo, transmitido en horario central, dejó en evidencia la falta de rigurosidad y la clara intencionalidad política detrás de los comentarios.
Viale afirmó sin rodeos: “Insaurralde debería estar en cana”. Francos respondió: “¿Y qué te parece? Después de esa demostración de impunidad alguien debería decirle, ‘Che, flaco, vení.’”.
Viale, con tono acusatorio, añadió: “Creo que es el juez provincial Kreplak, ¿no? El que tiene la causa. Ernesto Kreplak. El hermano del ministro de Salud…”.
La conversación prosiguió entre sugerencias de inacción judicial y “realidades que comenta toda la gente”.
El problema no radica solo en la imprecisión de sus afirmaciones, sino en el claro objetivo de generar una asociación negativa. El juez Ernesto Kreplak fue rápidamente aludido no por su accionar judicial, sino por compartir apellido —y lazos familiares— con el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, funcionario del gobierno de Axel Kicillof, principal opositor al presidente Javier Milei de cara a 2027.
LA VERDAD OCULTA EN LA MENTIRA TELEVISIVA
La realidad, explicada a Infocielo por fuentes inobjetables con injerencia en la causa, es que desde febrero de 2025 dejó esa causa porque terminó la subrogancia. Nunca fue el juez natural de la causa. El expediente por supuesto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero de Insaurralde siempre tramitó en el Juzgado Federal 2 de Lomas de Zamora. Kreplak lo subrogó durante un tiempo, instruyo todas las medidas que solicitaron los fiscales, y luego se apartó. Los fiscales no avanzaron después.
Estas verdades desmontan por completo la afirmación de Viale y Francos. No solo que Kreplak no es actualmente el juez de la causa, sino que ni siquiera lo fue de forma natural: su rol fue transitorio y limitado a la instrucción, donde además, actuó en línea con los requerimientos fiscales. Lo que sigue pendiente es responsabilidad de otros actores del sistema judicial.
Resulta difícil no interpretar la maniobra como un intento de “pegar por elevación” a la figura de Nicolás Kreplak, y por consiguiente, al propio Axel Kicillof.
Viale y Francos no desconocían esta conexión: la buscaron. No por ignorancia, sino por conveniencia. El periodismo de operaciones y la política de desgaste confluyeron en una escena que desprecia la verdad y utiliza la desinformación como herramienta.
EL OPERADOR VIALE Y EL IRRESPONSABLE FRANCOS
Jonatan Viale, más que periodista, oficia en estos casos como operador informal del gobierno. Habla sin chequear, acusa sin pruebas firmes, y utiliza su pantalla en TN para instalar sentidos comunes funcionales al oficialismo. Guillermo Francos, por su parte, con mayor responsabilidad institucional, expone una ligereza alarmante al hablar de causas judiciales sin verificar datos básicos.
Ambos, con desparpajo, instalaron una falsedad: que Ernesto Kreplak tenía paralizada la causa contra Insaurralde. En realidad, ya no está al frente de esa investigación desde hace meses.
La omisión no fue ingenua, fue deliberada. Y deja en evidencia un mecanismo habitual del nuevo oficialismo: si no pueden controlar la justicia, la desprestigian; si no pueden ganarle al rival político en las urnas todavía, buscan desgastarlo a través de ataques personales y falsas asociaciones.
Este caso debe servir de alerta: cuando se banaliza la verdad y se utiliza la justicia como herramienta de guerra política mediática, se erosiona el Estado de Derecho.
El periodismo serio, el de verdad, tiene la obligación de desarmar estas operaciones. Y esta vez, quedó demostrado con claridad: mintieron. Mintieron sabiendo. Y mintieron con un objetivo.