Los gobernadores de 23 provincias, junto al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se reunieron este martes en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) para compartir un diagnóstico común sobre el deterioro financiero que atraviesan sus distritos. Las preocupaciones giraron en torno a la fuerte caída en la coparticipación, el desfinanciamiento de la obra pública y el estado crítico de las rutas nacionales.
El encuentro, que se desarrolló bajo la consigna “Nuevas fuentes de financiamiento para el desarrollo de una infraestructura federal”, tuvo como objetivo central explorar alternativas de inversión para reactivar la obra pública, una de las áreas más golpeadas por el ajuste fiscal del gobierno nacional. La consigna fue clara: convocar a la administración de Javier Milei a una mesa conjunta de diálogo. “Abordamos temas clave que impactan a todas las provincias, como la necesidad de financiamiento para obras de infraestructura, la distribución equitativa de los recursos coparticipables y el fortalecimiento de los mecanismos de recaudación tributaria”, sostuvo el neuquino Rolando Figueroa.
La preocupación por la caída en los ingresos no es nueva, pero en los últimos meses se volvió crítica. Según un informe compartido entre los mandatarios, entre 2023 y la proyección para 2025 se registra una caída real de -11,5 % en las transferencias automáticas. Para el año que viene, se estima que la Nación girará a las provincias unos $56,4 billones, pero la merma respecto a 2023 equivale a una pérdida de $7,4 billones en moneda constante, casi un 1 % del PBI. La Comisión Federal de Impuestos proyecta una disminución del 4,2 % solo entre 2024 y este año. “Hoy los recursos de todas las provincias, sin excepción, vienen bajando”, advirtió el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, al finalizar la reunión. Y remarcó: “Se ponen en riesgo algunos servicios esenciales que presta exclusivamente la Provincia”.
De los veinticuatro mandatarios convocados, asistieron diecinueve de manera presencial, entre ellos Axel Kicillof (Buenos Aires), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), y el porteño Jorge Macri. Participaron también de forma virtual Raúl Jalil (Catamarca), Hugo Passalacqua (Misiones), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Alfredo Cornejo (Mendoza). El único ausente fue Gustavo Valdés, de Corrientes. Aunque existieron coincidencias sobre los principales reclamos, todavía no hubo consenso para redactar un documento conjunto, lo que refleja las diferencias en la relación de cada provincia con la Casa Rosada. Algunos de los asistentes se apuraron en aclarar que no se trató de una cumbre “antimilei”.
Los gobernadores también abordaron las consecuencias de las políticas tributarias del gobierno nacional, que modificaron el esquema de ingresos. El Régimen Simplificado de Ganancias fue debatido como una herramienta para “sacar los dólares del colchón”, y aunque no hubo unanimidad, la mayoría de los mandatarios se comprometió a respaldarlo.
En el terreno político, el encuentro en Azopardo dejó una postal llamativa: después de mucho tiempo, gobernadores del PJ, la UCR y el PRO compartieron la misma mesa. “Sostener el equilibrio fiscal tiene que quedar grabado a fuego, pero hay que sentarse y trabajar de una vez por todas en una reforma que es necesaria en la Argentina”, expresó el chubutense Ignacio Torres. El reclamo de un nuevo pacto fiscal, que ordene el sistema impositivo, las obligaciones nacionales y provinciales, y garantice previsibilidad en la distribución de fondos, fue una de las principales conclusiones del encuentro.