Un lituano de 50 años fue detenido por la Policía de Alicante al fingir un infarto para no pagar la cuenta en restaurantes de España.
El sujeto, conocido como el ‘gastrojeta‘ por los agentes policiales (término sin traducción al uso argentino), se presentaba en los locales con apariencia de turista adinerado y pedía platos suculentos y bebidas alcohólicas. Cuando llegaba el momento de abonar lo consumido, se echaba al suelo y simulaba estar sufriendo un ataque al corazón, con la esperanza de que el dueño del establecimiento perdonara la deuda por empatía y compasión.
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Sin embargo, su estrategia no siempre le salió bien, porque fue arrestado 20 veces desde noviembre de 2022 por este mismo motivo. La última detención tuvo lugar en las últimas horas, cuando intentó ahorrarse 34,85 euros en el restaurante-tapería ‘El buen comer’ de la calle Mayor de Alicante, tras degustar una paella de mariscos y dos vasos de whisky.
Los empleados del local sospecharon de su comportamiento y avisaron a la policía, que lo trasladó a un centro hospitalario, donde se comprobó que no tenía ningún problema cardíaco.
El ‘punga’ lituano fue puesto a disposición judicial, que ordenó su ingreso en prisión provisional por la reiteración del delito cometido. El hombre, que no habla español pero parece entenderlo, fue asistido por un intérprete y reconoció haber realizado con anterioridad esta clase de estafa. Según la prensa local, el lituano tiene antecedentes penales por otros delitos como robo con violencia e intimidación, hurto y lesiones.
La Fiscalía solicitó una pena de tres meses de multa a razón de 10 euros diarios por un delito leve de estafa, lo que supone un total de 900 euros. Sin embargo, algunos dueños de los restaurantes afectados consideran que la sanción es insuficiente y reclaman una indemnización por los daños causados. Además, critican la falta de control sobre este tipo de delincuentes reincidentes, que aprovechan las lagunas legales para seguir actuando con impunidad.
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