¿Qué tienen en común el calorcito , el fútbol y el asado? Además de ser parte de la cultura argentina, todos ellos se pueden acompañar con un trago refrescante, económico y versátil que acaba de ser ubicado en la posición 31 del ranking Taste Atlas sobre las 50 bebidas más importantes y representativa de acuerdo a los países.
En el primer lugar se colocó al “Umeshu” japonés, seguido de la “Amarula” sudafricana, y el “Frangélico” italiano.
Recién en el puesto mencionado de “mitad de tabla” aparece la bandera argentina con el “Amargo Obrero“.
Las generaciones más jóvenes quizás ni siquiera lo llegan a conocer todavía, pero se trata de un aperitivo elaborado a base de hierbas aromáticas serranas y del litoral, como la carqueja, la manzanilla y el muña muña. Tiene una graduación alcohólica del 19%, lo que lo hace menos fuerte que otras bebidas populares como el fernet o el vino. Su color es marrón y su sabor es amargo, pero se puede suavizar con diferentes mezclas.
EL APERITIVO DEL PUEBLO
El origen del Amargo Obrero se remonta al año 1888, en la ciudad de Rosario, Santa Fe. Allí, dos inmigrantes italianos, Pedro Calatroni y Hércules Tacconi, decidieron crear una bebida inspirada en el amaro, un licor de hierbas típico de su país. La idea era ofrecer una alternativa a las bebidas dulces que consumía la clase burguesa, y así nació el aperitivo del pueblo.
El Amargo Obrero se popularizó entre los trabajadores de la zona portuaria y ferroviaria, que lo tomaban como un estimulante y digestivo. También se convirtió en un símbolo de la identidad rosarina, al punto de ser declarado Patrimonio Cultural de la ciudad en 2017.
Hoy en día, el Amargo Obrero ha trascendido las fronteras de Rosario y se ha difundido por todo el país. Su éxito se debe en parte a su bajo precio, que lo hace accesible para todos los bolsillos. Pero también a su capacidad de adaptarse a los gustos y preferencias de cada uno.
El Amargo Obrero se puede tomar solo o con hielo, pero también se puede combinar con diferentes bebidas para crear cócteles originales y refrescantes. Algunas de las opciones más populares son:
– Pico y pomelo: se trata de mezclar 50% de Amargo Obrero con 50% de gaseosa de pomelo y agregar una rodaja de naranja, pomelo o limón. Es el formato más clásico y fácil de preparar.
– Caipi obrero: se prepara machacando tres gajos de lima con azúcar en el vaso, y luego agregando hielo picado y 60 ml de Amargo Obrero. Es una versión argentina de la caipirinha brasileña.
– Lucha de clases: se llama así por la combinación de dos bebidas opuestas: el Amargo Obrero y el champagne. Se sirve 40% o 50% de Amargo Obrero en un vaso alto y se completa con champagne brut nature. Es un aperitivo elegante y burbujeante.