María Fernanda Inza fue una de las pocas mujeres de peso en el Gabinete de la Gobernadora. Amiga personal de María Eugenia Vidal, con estirpe de Pro “pura”. Años atrás, se desempeñó en cuatro cargos en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cuando el actual presidente Mauricio Macri era Jefe de Gobierno Porteño. También tuvo un paso por el ejecutivo nacional.
Después desembarcó en la Secretaría Legal y Técnica, esa área que “cuida” la firma de Vidal, en reemplazo de Julio Conte Grand, que había asumido como reemplazante de María del Carmen Falbo en la Procuración de la Corte. Su nombre, hace pocos meses, sonó para integrar sonó para ocupar un lugar en el Tribunal de Cuentas de la Provincia, que quedó acéfalo desde que se materializó la jubilación del vocal Gustavo Fernández.
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Pero el 7 de julio, la suerte pareció sonreírle a Inza. Tras la renuncia de Gastón Messineo al frente de la Contaduría General de la Provincia, la Gobernadora la eligió para sentarse en el sillón de ese estratégico cargo, que tiene como función “la fiscalización del gasto público”.
Inza, muy contenta, firmó en el cargo el 13 de julio, emoción que transmitió en su cuenta personal de Twitter, donde es muy activa. El nombramiento de su cargo, fue avalado por el Senado bonaerense en la sesión del 11 de julio, salvo la oposición del bloque de Unidad Ciudadana-FpV, quien rechazó su pliego por las denuncias de “aportes falsos” en la campaña de Cambiemos en 2017.
Junto a @SalvadorPBA en la jura como Contadora General de @BAProvincia. Empieza una nueva etapa, nuevos desafíos, mismo compromiso. pic.twitter.com/Anl1G8iyAl
— María Fernanda Inza (@ferinza) 13 de julio de 2018
Pero, a cinco días de la firma en el nuevo cargo, la suerte se alejó de Inza. En conferencia de prensa desde el SUM de Gobernación, Vidal anunció que le pidió la renuncia a la flamante Contadora General, como respuesta a las denuncias por irregularidades en la campaña.
“Mi conducta ha estado basada a lo largo de mi vida en la honestidad y ante estas denuncias sobre aportes falsos en la campaña tomé tres decisiones muy concretas. La primera es ordenar una auditoría sobre la rendición de fondos (…) En segundo lugar, le he pedido en el día de hoy la renuncia a contadora Fernanda Inza, a cargo de la Contaduría General de la Provincia. Ella formó parte del equipo de rendición de campaña, pero más allá de eso hace muchos años trabaja conmigo, la conozco, confío en ella, y no tengo elementos que demuestren su involucramiento en este caso”, anunció la mandataria provincial.
El dato no es menor, Inza tiene un rol importante en el partido PRO bonaerense. Por pedido de Vidal, fue nombrada por la Justicia como interventora del PRO bonaerense, tras la caducidad del espacio hegemónico de Cambiemos, que estuvo a punto de perder su personería por su no participación de las elecciones del 2011 y 2013.
Con la regularización del partido en septiembre de 2016, Inza ocupó el rol de Tesorera del PRO bonaerense, cargo por el cual se le apunta en el caso mencionado.
La decisión de Vidal y su “mesa chica” no fue fácil. Como se mencionó antes, Inza es una pieza clave del PRO bonaerense y del círculo íntimo de Vidal. Pero las denuncias de “aportes falsos” comenzaron a crecer en su repercusión y llegaron -incluso- a los medios nacionales afectos al gobierno. Vidal decidió tomar el toro por las astas y encarar el problema. En Calle 6 tenía que dar una señal fuerte para frenar la ola e Inza fue tuvo que ir al frente.
ALFA (@alfajuan)
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