Después de un largo período, el peronismo de Morón logró rearmarse y juntar músculo político para discutir la hegemonía de Nuevo Encuentro dentro de lo que es Unidad Ciudadana o un eventual frente patriótico. La conveniencia de tener que derrotar al macrista Ramiro Tagliaferro, que va por reelección, podría dejar en modo avión las tensiones.
En este rearmado la figura clave es Gabriel Barquero, excandidato a intendente y hombre referenciado con Marín Insaurralde. Es alrededor de su figura que el justicialismo se viene rearmando.
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En tanto, el espacio de Martín Sabbatella buscará recuperar el distrito que perdió en 2015. Entonces el candidato era Hernán Sabbatella y fue derrotado por 42% a 32% con el exmarido de María Eugenia Vidal. Ahora el sabbatellismo irá con Lucas Ghi, quien fuera jefe comunal entre 2011 y 2015.
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Barquero es congresal provincial y nacional del PJ, y mantiene muy buena relación con los intendentes insaurraldistas de la Primera Sección como Juan Zabaleta (Hurligham) y Gabriel Katopodis (San Martín). En las últimas semanas, comenzó a reforzar su relación con los gremios.
Según pudo reconstruir INFOCIELO, Barquero tiene la decisión tomada de enfrentar al ahora concejal Ghi aunque su límite sería poner atentar con la posibilidad de ganarle al macrismo. “Hay estrategias que se definen más arriba”, advierten desde su entorno.
Ghi se lanzó formalmente el 2 de junio en un acto en el microestadio del Club Deportivo Morón. Estuvieron Máximo Kirchner y sindicalistas como Roberto Baradel y Hugo Moyano. Jorge Ferraresi (Avellaneda) fue el único alcalde de peso que se dio cita.
Así quedó planteado el apoyo a Ghi por parte de La Cámpora y del kirchnerismo más duro. La ausencia de otros intendentes fue leída en la vereda de Barquero como un apoyo a su propuesta. Este medio pudo saber que no hubo una invitación formal de Ghi a Barquero.
En 2017, el sabbattellismo también dominó el armado de listas y la boleta de UC la encabezó otra vez Hernán. Pero la derrota fue más amplia: 47% a 31%. Por eso, ahora la decisión fue darle el lugar a Ghi. Con 280 mil votantes, Morón siempre es un distrito atractivo del oeste.
Tagliaferro se obsesionó en combatir al kirchnerismo y llevó esa lucha hasta el paroxismo de derribar un busto de Néstor Kirchner que estaba en la plaza principal, frente la Municipalidad. La medida tuvo el rechazo de la Justicia, que ordenó restituir la obra.
Pero no sólo con la oposición se cruzó Tagliaferro. Un sector del radicalismo también denunció persecución en el marco de la gestión local tras el desplazamiento de referentes de la UCR en el sindicato de municipales.
Morón es un distrito hostil para el peronismo desde la década del noventa, cuando Juan Carlos Rousselot se fue envuelto en el marco de un escándalo de corrupción en torno a contratos de obra pública. El propio Sabbatella apareció en contraposición a esa figura.
EA
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