El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, utilizó una icónica frase de Charly García para referirse a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC).
La expresión, que en su origen alude a los crímenes de la última dictadura cívico-militar, fue usada por el funcionario para defender un decreto presidencial impulsado por él mismo.
Un decreto para desregular SADAIC
El Decreto 150/25, firmado por Javier Milei, establece que los artistas ya no estarán obligados a gestionar sus derechos de autor a través de SADAIC.
La medida se enmarca en una reforma más amplia, impulsada por el Decreto 138/25, que busca ‘terminar con el monopolio de las sociedades de gestión colectiva’.
Según Sturzenegger, este cambio permitirá a los músicos manejar sus derechos de autor de manera independiente o elegir otras entidades que les cobren menos comisiones.
En un extenso mensaje en Twitter, el ministro argumentó que la medida ‘devuelve a los artistas la plena propiedad sobre sus obras’. También criticó a SADAIC por su estructura burocrática y otras particularidades como no reconocer canciones con acentos, o con la letra “ñ”.
Para cerrar su exposición, Sturzenegger citó una frase emblemática de Charly García: “Los dinosaurios van a desaparecer”.
En la interpretación del funcionario, SADAIC es una estructura antigua y poco transparente que debe modernizarse o será desplazada por la competencia, y la equipara con los extintos y gigantescos animales.
El verdadero significado de la frase de Charly García
La canción “Los dinosaurios”, publicada en el disco Clics modernos (1983), no habla de burocracia ni de estructuras obsoletas. Fue escrita en un contexto de terrorismo de Estado, cuando miles de personas fueron secuestradas, torturadas y desaparecidas por la dictadura militar.
La letra es un testimonio de esa época y una advertencia sobre la represión que aún persistía en los primeros años de la democracia.
En la letra de la canción, Charly García canta: “Los amigos del barrio pueden desaparecer, pero los dinosaurios van a desaparecer”.
La frase hace referencia a los jerarcas de la dictadura, quienes en 1983 todavía conservaban poder e impunidad. García utilizó la imagen de los dinosaurios para describir a una casta política que ejercía el terror y que, con el tiempo, desaparecería de la escena pública, algo que proféticamente sucedió varios años después.
Sturzenegger intentó resignificar esa frase para aplicarla a una institución como SADAIC. La comparación es, como mínimo, desafortunada.
Equiparar una organización de gestión de derechos con una dictadura es una banalización de la historia reciente.
Banalización y tergiversación
No es la primera vez que funcionarios del gobierno de Milei reinterpretan el pasado argentino según su conveniencia utilizando frases con una lectura torpe, que intenta ser creativa o “sui generis”.
En este caso, Sturzenegger utilizó un símbolo de la resistencia cultural para justificar una reforma administrativa.
La elección de esa frase además de desvirtuar su significado, muestra la falta de sensibilidad sobre lo que representó la dictadura en los años más oscuros de la historia reciente.
Mientras el gobierno avanza con su agenda de desregulación, el uso de frases con fuerte carga histórica se vuelve cada vez más frecuente y desprovisto de la raíz semántica que las acompañaba.
Sin embargo, en una sociedad con memoria, no todo puede ser una metáfora ‘libre’ de contexto.