El presidente Javier Milei, en su entrevista con Esteban Trebucq en LN+, volvió a sorprender a todos con sus declaraciones. Afirmó que “los nazis eran de izquierda” al igual que el fascismo. Estas palabras no solo son polémicas, sino que también demuestran una alarmante falta de comprensión histórica (o manipulación para ignorantes).
Milei sostiene que el nazismo, al llamarse “nacional socialismo”, pertenece a la izquierda: “Primero que nada, quiero dejar en claro que no somos un gobierno fascista. Si fuéramos un gobierno fascista, no habría una marcha de este estilo. Hay que recordar también que nazi viene de nacional socialismo… Vamos muchachos, háganse cargo. Eran de los de ustedes, eran de izquierda”.
Sin embargo, esta interpretación es simplista y errónea. El nazismo, liderado por Adolf Hitler, promovía una ideología ultranacionalista, racista y anticomunista, características que lo ubican en la extrema derecha del espectro político.
El término “socialismo” en su nombre fue una estrategia para atraer a ciertos sectores de la población, pero en la práctica, sus políticas estaban lejos de los principios socialistas tradicionales.
El historiador Richard Evans, en su obra “El Tercer Reich en el poder”, señala que “el régimen nazi destruyó a la izquierda política en Alemania, persiguiendo a socialdemócratas y comunistas por igual”. Esto evidencia que el nazismo no solo no era de izquierda, sino que también la combatía activamente.
“Si esa es la lógica, entonces ellos también tienen que afirmar que la República Democrática de Corea del Norte es una democracia y que lo mismo vale para la República Democrática Alemana (la antigua Alemania Oriental comunista)”, afirmó alguna vez el politólogo alemán Kai Michael Kenkel, investigador del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), en Hamburgo, cuando en 2018 los trolls de Internet, seguidores de Bolsonaro en Brasil, argumentaban exactamente lo mismo que ahora irresponsablemente asegura Milei.
En cuanto al fascismo italiano, Milei argumenta que, debido a su énfasis en el Estado, también es una ideología de izquierda: “El fascismo también es socialismo. El propio Mussolini decía ‘dentro del Estado todo, fuera del Estado nada’. En resumen, los que terminan siendo fascistas finalmente son ellos. Tienen un accionar e impulsan iniciativas que son del estilo del fascismo”.
No obstante, el fascismo, bajo el liderazgo de Benito Mussolini, promovía un nacionalismo extremo, la exaltación del Estado y la supresión de la disidencia, elementos que lo alinean con la extrema derecha, con una visión totalitaria que dista de los ideales de la izquierda, que abogan por la igualdad y la justicia social.
Además de sus desatinos históricos, Milei volvió a vincular a la “ideología de género” con la pedofilia, afirmando que “en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos”. Esta afirmación es no solo infundada, sino también peligrosa.
No existe evidencia científica que respalde la idea de que las personas homosexuales o las teorías de género estén relacionadas con la pedofilia. Estudios indican que la mayoría de los abusos son cometidos por hombres heterosexuales del entorno familiar y/o social.
Las declaraciones de Milei fueron las que provocaron la ola de indignación y rechazo que llevó a cientos de miles de personas a manifestarse en Buenos Aires y otros puntos del país y del mundo en la llamada “Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista”, condenando sus comentarios y exigiendo respeto por los derechos de la comunidad LGBTIQ+.
Bochornoso y peligroso
Es preocupante que el presidente de una nación difunda conceptos tan erróneos y peligrosos. Su insistencia en reinterpretar la historia y estigmatizar a comunidades enteras refleja una profunda ignorancia, y también una falta de responsabilidad que resulta alarmante en un líder de su posición.
Por fortuna, la sociedad está comenzando a cuestionar. y rechazar este tipo de discursos que buscan dividir y sembrar odio.
En lugar de dejarse llevar por afirmaciones sin fundamento, los ciudadanos deberán basarse en hechos históricos y evidencia científica. Solo así es posible construir una sociedad más justa, inclusiva y respetuosa para todos.