El hartazgo vecinal alcanzó su límite en el barrio Santa Rita de Mar del Plata. Cansados de denunciar sin obtener respuestas, un grupo de vecinos tomó la decisión de hacer lo que las autoridades nunca ejecutaron: erradicar un búnker de drogas.
La vivienda, ubicada en la intersección de las calles Hernandarias y Canosa, a pocos metros del Estadio José María Minella, fue demolida con mazas por los propios vecinos, quienes aseguraron que ya no habrá “tranzas” en la zona.
La escena, registrada el lunes por la noche y viralizada este jueves, fue una muestra clara del nivel de desesperación al que se llegó en algunos sectores de la ciudad. Desde hace meses, los residentes habían denunciado la actividad delictiva en la vivienda sin obtener ninguna acción concreta por parte del municipio ni de la Policía Bonaerense.
Las quejas, una tras otra, parecieron caer en saco roto, mientras la inseguridad y el miedo crecían en el barrio. Finalmente, el pueblo decidió hacer justicia por mano propia ante la indiferencia de la gestión municipal.
IMÁGENES ASOMBROSAS
El video de la demolición tardó unos días en aparecer. Se observa a hombres y mujeres destruyendo paredes, arrancando rejas y quemando colchones en la vereda. Dentro del inmueble, hallaron pipas caseras, virulanas utilizadas para el consumo de paco y restos de estupefacientes, confirmando lo que ya todos sabían: el lugar funcionaba como un punto de venta de drogas.
Cuando el fuego comenzó a expandirse dentro del búnker, una dotación de bomberos y efectivos de la Policía Bonaerense arribó al lugar para evitar que las llamas se propagaran a otras viviendas. Sin embargo, para ese momento, el daño ya estaba hecho: la estructura quedó completamente destruida.
Curiosamente, la presencia policial se hizo notar sólo después de que los vecinos actuaran, una actitud que no pasó desapercibida para quienes llevan años reclamando seguridad.
MONTENEGRO EN LA MIRA
“Estamos cansados de denunciar y que nadie haga nada“, expresó uno de los vecinos que participó de la demolición. “Nosotros vivimos acá, vemos lo que pasa todos los días. Ellos, desde el municipio, hacen de cuenta que no pasa nada“.
Las críticas apuntaron directamente al intendente Guillermo Montenegro, quien, según los vecinos, no da respuestas efectivas para combatir la venta de drogas en la ciudad. La pregunta que circula en las calles del barrio Santa Rita y de toda Mar del Plata es simple: si todos sabían lo que ocurría en esa vivienda, ¿por qué nadie actuó antes?
El episodio reaviva el debate sobre la inseguridad en la principal ciudad turística del país y el creciente sentimiento de desprotección que afecta a los ciudadanos que la habitan de manera permanente.
Mientras el municipio guarda silencio y la policía llega siempre tarde, los vecinos optan por resolver el problema a su manera, con el riesgo que ello implica. La demolición del búnker representa además del fin de un punto de venta de drogas, un símbolo del hartazgo de una comunidad que se siente abandonada por sus gobernantes.