La celebración del Día del Padre 2025 llega en un contexto particular: con una inflación que, por primera vez en mucho tiempo, se ubica por debajo del 2% mensual, pero con un consumo interno desplomado, caída en las ventas minoristas y un fuerte ajuste del gasto privado. Lejos de ser un evento comercial de alto impacto, como solía ser en otros años, el festejo de este domingo refleja el clima económico y social que atraviesa al país.
Los datos publicados esta semana por el INDEC mostraron un índice de precios al consumidor del 1,5% en mayo, el más bajo en 5 años. Sin embargo, el alivio estadístico no se traduce en recuperación. La recesión, el aumento de la pobreza y el deterioro de los ingresos reales profundizan una tendencia ya instalada: padres que priorizan cubrir lo básico antes que recibir o dar regalos, y familias que eligen experiencias compartidas o gestos simbólicos por sobre el consumo material.
En ese marco, el Día del Padre se convierte también en una radiografía de época. Cambian los consumos, los vínculos, las maneras de ejercer la paternidad. Y todo eso se cruza con las políticas del gobierno nacional, que empujan a muchos hogares a reducir al mínimo cualquier gasto no esencial.
Un nuevo mapa de consumo: menos gasto, más afecto
Según un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas por el Día del Padre cayeron un 18,5% en comparación con 2024. Los rubros más afectados fueron indumentaria, electrónica y perfumería. En cambio, aumentó la elección de regalos de bajo costo, manualidades hechas en casa y celebraciones íntimas sin grandes salidas.
En plataformas de e-commerce, las búsquedas vinculadas al Día del Padre se mantuvieron activas, pero con menor conversión: muchas consultas, pocas compras. En redes sociales, en cambio, creció el contenido sobre “regalos con poco dinero”, “cartas para papá” o “desayuno hecho en casa”. El vínculo afectivo se impone frente a la imposibilidad económica.
Paternidades en tiempos de ajuste
La inflación baja, pero el bolsillo sigue ajustado. En el Día del Padre, el consumo cae, las prioridades cambian y los hábitos revelan una transformación que va más allá de lo económico. ¿Cómo paternan hoy los argentinos en medio de la recesión y el ajuste?
El contexto económico no solo afecta el consumo, sino también el modo en que se ejerce la paternidad. Muchos padres atraviesan este momento con preocupación por el futuro, tensión por la pérdida del empleo o la caída del poder adquisitivo, y una sensación de incertidumbre que trasciende lo material.
Sin embargo, también se consolidan nuevas formas de paternar: más presentes, más implicadas, menos ligadas a lo económico como única forma de expresión. En ese sentido, la crisis también puede ser una oportunidad para revisar qué se festeja cuando se celebra el Día del Padre.