El cine mundial perdió este domingo a una de sus figuras más icónicas con el fallecimiento de Alain Delon a los 88 años. El legendario actor francés, cuyo nombre es sinónimo de belleza, elegancia, misterio y talento, murió rodeado de su familia en su hogar, según anunciaron sus hijos a través de un comunicado.
Nacido el 8 de noviembre de 1935 como Alain Fabien Maurice Marcel Delon Arnold, en Sceaux, al sur de París, tuvo una infancia marcada por la separación de sus padres, lo que lo llevó a vivir con una familia adoptiva.
Desde joven mostró un carácter independiente y rebelde, y se unió a la marina francesa y participó en la guerra de Indochina (Sudeste Asiático, especialmente Vietnam). Fue después de este período cuando decidió embarcarse en una carrera en el cine, sin saber que se convertiría en uno de los rostros más reconocibles y admirados del séptimo arte.
LOS AÑOS DORADOS DEL ACTOR
Durante las décadas de los 60 y 70, Delon se consolidó como uno de los actores más solicitados por los grandes directores europeos, trabajando con maestros como Luchino Visconti y Jean-Pierre Melville. Su papel en “El gatopardo” (1963) y “El samurái” (1967) lo catapultó al estrellato, estableciendo una imagen de anti-héroe que marcó toda su carrera.
A lo largo de su vida, Delon fue un hombre de intensas contradicciones. A pesar de su éxito, expresó en varias ocasiones su desencanto con el mundo moderno y la industria del cine. En una de sus declaraciones más contundentes, el actor manifestó: “Voy a dejar este mundo sin sentirme triste. La vida ya no me atrae. He visto y experimentado todo. Odio la era actual, estoy harto de ella… Sólo el dinero es importante. Sé que dejaré este mundo sin sentirme triste por ello.”
En sus últimos años, Delon sufrió problemas de salud que culminaron con el diagnóstico de un linfoma de células B, un tipo de cáncer que debilitó su condición física. Su familia, especialmente su hijo Anthony, estuvo a su lado durante este difícil periodo, aunque no sin controversias y disputas sobre su cuidado.
El legado de Alain Delon va más allá de su trabajo en el cine. Su magnetismo personal, su lucha por mantenerse fiel a sí mismo en un mundo que veía como corrupto y superficial, y su capacidad para encarnar personajes complejos y oscuros, lo convirtieron en una leyenda viva.
Su muerte deja un vacío en la cultura francesa y en la historia del cine, pero su memoria perdurará a través de las películas que protagonizó y los corazones que cautivó.
LEGENDARIA AMISTAD CON CARLOS MONZÓN
Alain Delon y Carlos Monzón compartieron una intensa amistad que trascendió fronteras y profesiones, surgida en los años 70.
Delon, fascinado por la destreza de Monzón en el ring, se convirtió en su promotor en Europa, organizando varias peleas del campeón mundial.
Su relación trascendió el ámbito profesional, al punto de que Delon visitó a Monzón en prisión en 1993, donde cumplía condena por el asesinato de Alicia Muñiz. Fue su último adiós.
El vínculo entre ambos fue marcado por una mutua admiración y el reconocimiento del origen humilde que compartían.