En el corazón productivo de Santa Fe, gobernada por el radical Maximiliano Pullar, el conflicto entre el Gobierno nacional y las provincias volvió a tomar forma, esta vez, en carteles colocados sobre rutas estratégicas del territorio santafesino. Con fondo rojo y letras blancas, los letreros aparecieron en al menos tres vías nacionales, señalando que su mantenimiento depende del Estado nacional. El mensaje tiene lugar en medio de una creciente tensión entre la Casa Rosada y los gobernadores por el reparto de fondos.
Uno de los carteles, ubicado al inicio de la Ruta Nacional 33, advierte: “¡Atención! Aquí empieza la Ruta Nacional 33, mantenida por el Estado Nacional”. Esa traza conecta la localidad de Rufino con la circunvalación de Rosario y resulta clave para el transporte de la producción agroindustrial. Otros carteles similares aparecieron en la Ruta 9 —una autovía que atraviesa Villa Constitución, Rosario, Carcarañá y Cañada de Gómez— y en la Ruta A012, un anillo vial de 67 kilómetros que rodea parte del Gran Rosario.
La aparición de los carteles no parece casual. Se produjo pocos días después de que el Senado aprobara con 56 votos a favor dos reformas impulsadas por gobernadores de distintas fuerzas políticas. Por un lado, se busca que los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN) sean distribuidos de forma automática y diaria a las provincias; por otro, que lo recaudado por el Impuesto a los Combustibles Líquidos se coparticipe directamente, sin fideicomisos intermedios. El único voto en contra fue el del senador cordobés Luis Juez, alineado con el oficialismo.
Privatización, rutas y un conflicto en expansión
El trasfondo de la disputa va más allá del debate fiscal. La gestión de Javier Milei avanza con su plan de desmantelar la Dirección Nacional de Vialidad, cuyas funciones fueron transferidas al Ministerio de Economía a través de un decreto. El objetivo: privatizar más de 9.000 kilómetros de rutas y autopistas sin subsidios del Estado. En junio se lanzó una primera licitación para 741 kilómetros, aunque con escaso interés por parte del sector privado.
“El Gobierno dará apertura a la licitación de 9.120 kilómetros de ruta que, tras décadas de despilfarro y corrupción, se vieron degradadas como nunca antes”, aseguró el vocero presidencial, Manuel Adorni. Mientras tanto, los carteles en las rutas santafesinas son leídos por muchos como una forma de respuesta simbólica desde las provincias, en reclamo por obras y recursos que consideran esenciales.
En medio del cruce político y las reformas discutidas en el Congreso, miles de vehículos, entre ellos, los que sostienen la actividad productiva del país, circulan cada día por rutas cuya gestión y financiamiento se convirtieron en otro campo de batalla entre la Nación y las provincias.