Con el receso escolar a la vuelta de la esquina —del 21 de julio al 1° de agosto en la provincia de Buenos Aires— muchas familias empiezan a buscar salidas que ofrezcan aire libre, buena comida y la posibilidad de compartir una experiencia distinta. En ese mapa de opciones, las bodegas bonaerenses ganan cada vez más protagonismo como alternativa a los clásicos parques temáticos.
La ruta del vino bonaerense está formada por emprendimientos que combinan paisajes naturales, producción vitivinícola local y propuestas amigables para todo tipo de público. A diferencia de otras regiones más turísticas, acá el ambiente es relajado, los recorridos son cortos y hay opciones para pasar medio día o una jornada completa sin estrés logístico. Algunas bodegas suman fogones, otras tienen menú infantil y muchas están cerca de pueblos pintorescos o espacios verdes que completan la experiencia.
Estas son seis de las mejores bodegas para visitar en familia durante las vacaciones de invierno, desde escapadas cercanas hasta planes con sierras o mar.
Casa Gamboa (Campana)
Ubicada a solo una hora de la Ciudad de Buenos Aires, Casa Gamboa es una de las bodegas más jóvenes y prometedoras de la provincia. Ofrece un entorno ideal para una escapada en familia durante el receso invernal: viñedos prolijos, aire puro, actividades al aire libre y una propuesta gastronómica pensada para compartir.
La visita guiada incluye un recorrido por las 5 hectáreas de viñedos (con variedades como malbec, cabernet franc y pinot noir), degustación de vinos de elaboración propia y opciones como picnic entre las vides o almuerzos completos en su restaurante de campo. Es un paseo relajado, que se disfruta tanto con amigos como con hijos pequeños, y puede completarse en media jornada.
Cooperativa de la Costa (Berisso)
Con el sello identitario del “Vino de la Costa”, la bodega de Berisso es una de las más tradicionales de la región y apuesta al turismo rural con un fuerte anclaje comunitario. El entorno ribereño y la historia de las colectividades inmigrantes le dan un marco singular.
Durante las vacaciones de invierno, la cooperativa organiza visitas guiadas a sus instalaciones con degustaciones de sus vinos artesanales, muchos elaborados con uva Isabella, y propuestas como almuerzos criollos, juegos tradicionales y actividades de cosecha o poda, según el momento del año. Ideal para quienes buscan un plan con impronta local y raíces familiares.
Finca Don Atilio (Uribelarrea, partido de Cañuelas)
En una zona donde el turismo rural viene creciendo con fuerza, esta pequeña bodega de producción artesanal abre sus puertas a quienes buscan una experiencia cálida, sin pretensiones pero con mucha identidad. Se encuentra a unos 10 km del pintoresco pueblo de Uribelarrea y a menos de 100 km de CABA.
Don Atilio se especializa en vinos a base de tannat y syrah, y ofrece visitas de aproximadamente dos horas con recorridos por los viñedos, degustación de varias etiquetas propias y picadas caseras con empanadas. El ambiente es tranquilo y apto para todas las edades: un paseo campestre ideal para desconectarse sin irse lejos.
Bodega Saldungaray (Sierra de la Ventana)
Para quienes planean una escapada más extensa durante el receso, la Bodega Saldungaray es una joya enclavada en un paisaje de sierras, médanos y arroyos. Produce vinos de altura media con un perfil propio y tiene instalaciones turísticas que combinan enoturismo, naturaleza y cultura.
Las visitas duran unos 30 minutos y se pueden combinar con degustaciones, almuerzos, caminatas por el predio o recorridos por la capilla local. Además, en temporada alta suelen ofrecer espectáculos y ferias regionales. Una gran opción para familias que buscan sumar vino, descanso y aventura.
Cordón Blanco (Tandil)
Con sus viñedos distribuidos entre campos de Don Bosco y La Elena, Cordón Blanco es parte de la renovación vitivinícola del sur bonaerense. A 350 km de la capital, propone una experiencia enoturística diferente, anclada en la producción sustentable y el entorno serrano.
Durante las vacaciones de invierno se pueden realizar visitas guiadas, con degustación y opciones gastronómicas. El predio está rodeado de naturaleza y es ideal para quienes viajan con niños: hay espacios amplios para caminar, zonas de descanso y posibilidad de combinar el paseo con otras propuestas de Tandil como el Parque Independencia o el Lago del Fuerte.
Trapiche Costa & Pampa (Chapadmalal)
Es la única bodega del país ubicada a solo minutos del mar. A 430 km de ciudad de Buenos Aires, Trapiche Costa & Pampa destaca por sus vinos de influencia oceánica y su entorno único, entre dunas, médanos y campos litorales.
El recorrido incluye visitas guiadas, degustaciones en jardines y la posibilidad de armar un picnic o disfrutar del atardecer con una copa en mano. Abren todos los días durante el receso invernal, con reserva previa. Si bien es una bodega de perfil más gourmet, ofrece opciones descontracturadas para grupos familiares y experiencias pensadas para compartir.
Otras opciones para disfrutar cerca de las bodegas
- Uribelarrea: además de Don Atilio, el pueblo es un paseo en sí mismo. Tiene pulperías, ferias artesanales y una estación de tren restaurada, todo en un entorno tranquilo ideal para caminatas en familia.
- Parque Pereyra Iraola: entre Berisso y La Plata, es una reserva natural con bosque, senderos, juegos y una estación de cría de fauna silvestre. Se puede visitar en el día y es una excelente opción para complementar una visita a la Cooperativa de la Costa.
- Laguna de Lobos: perfecta para quienes quieran extender la salida rural. Ofrece alquiler de botes, pesca recreativa, camping y fogones. Está a menos de una hora de Uribelarrea.
- Sierra de la Ventana y Tandil: si el plan es pasar varios días, ambas ciudades tienen alojamientos familiares, senderos, parques temáticos, aerosillas, gastronomía y ferias regionales. Son destinos clásicos de invierno con una vuelta vinera.
Consejos para disfrutar al máximo
- Reservar con anticipación: muchas bodegas trabajan con cupos limitados y turnos.
- Vestimenta cómoda y abrigo: aunque el invierno bonaerense es templado, los viñedos suelen estar en zonas abiertas.
- Combinar actividades: algunas bodegas se visitan en dos horas, por lo que es ideal sumarlas a un paseo por el pueblo o espacio natural más cercano.
Ya sea en las sierras, el campo o la costa, las bodegas bonaerenses invitan a disfrutar del vino sin alejarse demasiado y sin dejar a nadie afuera. Estas vacaciones de invierno pueden ser una gran oportunidad para probar un turismo diferente, relajado y con sabor local.