Una cadena china de heladerías y tés que nadie conoce por estos pagos, pero que resulta ser más grande que McDonald’s y Starbucks, acaba de anunciar una inversión de más de 600 millones de dólares en Brasil.
La empresa se llama Mixue, fue fundada en 1997 y hoy tiene más de 45 mil sucursales en 12 países. ¿El detalle? No hay ni habrá una sola sucursal en Argentina.
Así como se lee: más de 45 mil locales de helados y bubble tea, con su icónico muñeco de nieve como mascota y una musiquita viral que arrasa en Asia.
Pero en la tierra del “capitalismo sin grises” y del gobierno que se dice “más abierto que la economía de Hong Kong”, nadie se interesó por nosotros.
La pregunta que flota es tan dulce como el helado de moda de pistaccio: ¿Cómo puede ser que una empresa enorme invierta cientos de millones en un país gobernado por un socialista y no ponga ni un dólar en la nueva Meca del libre mercado?
Brasil atrae dólares chinos, Argentina mira desde la vereda
El anuncio se realizó durante la visita de Luiz Inácio Lula da Silva a China, y fue confirmado por la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (ApexBrasil). Según el acuerdo, Mixue invertirá unos 640 millones de dólares y generará 25 mil empleos en Brasil de acá al 2030.
Además, empezarán a importar pulpa de fruta de todo Brasil, lo que activará economías regionales, cadenas de valor y comercio interno.
¿Y del lado argentino? Silencio de radio. Ni los chinos, ni los yanquis, ni Elon Musk, ni nadie. Pese al entusiasmo del gobierno libertario por abrir la economía y vender humo sobre un paraíso emprendedor, las grandes inversiones pasan de largo.
Helado barato, crecimiento caliente
El modelo de Mixue es directo y eficaz: productos baratos, muchísimos locales y expansión global. En China, un helado cuesta unos 15 centavos de dólar, y las bebidas van de 30 centavos a 1,20 dólares. Su fundador, Zhang Hongchao, lo resumió así:
“Que la gente en todo el mundo pueda comer y beber bien por solo dos dólares”.
La estrategia les viene funcionando: en los primeros nueve meses de 2024, las ganancias de la empresa crecieron un 42%, alcanzando los 479 millones de dólares, mientras que sus ingresos subieron un 21%.
Ahora bien, uno se pregunta: ¿No hay mercado en Argentina para helados baratos y bubble tea? ¿Ninguna ciudad entre Ushuaia y La Quiaca califica para abrir una franquicia? ¿Ni siquiera el “transgresor” barrio de Palermo?
O tal vez, el problema no sea cuán “abierta” esté nuestra economía, sino cuán poco confiables parecemos como destino para invertir, más allá del verso diario sobre el libre mercado.
Mientras tanto, Brasil —gobernado por un presidente al que Milei tildaría de “zurdo atrasado”— sigue acumulando dólares de afuera. Y nosotros, como siempre, mirando “ñata contra el vidrio con el cucurucho vacío.