En la televisión en vivo, todo puede fallar. Pero a veces, cuando todo falla, lo que queda es arte. Eso fue lo que ocurrió en el programa “Solo Una vuelta más”, que se emite por TN y conduce Diego Sehinkman, cuando la producción creyó que había invitado al analista político Ernesto Federico Calvo… y terminó al aire con el reconocido químico Ernesto Julio Calvo.
Así, de un intento de análisis político serio, pasaron en segundos a una clase improvisada sobre litio, químicos confundidos y panelistas tratando de zafar del blooper con una seguidilla de chistes sobre identidades equivocadas.
DEL CONGRESO A LA TABLA PERIÓDICA
Todo comenzó con una introducción solemne: “Está Ernesto Calvo, que es analista político. Hola, Ernesto, ¿cómo estás? Bienvenido”. Pero del otro lado, un hombre tranquilo respondió con precisión científica: “No, soy químico. Ustedes me confunden con mi sosías Ernesto Federico”.
Allí, Sehinkman quedó en un limbo de desconcierto. “¿Y entonces cómo es tu verdadero nombre?”, preguntó con su habitual tono parsimonioso, como quien intenta ponerle nombre al error. “Ernesto Julio Calvo”, contestó el invitado correcto, pero… para el programa equivocado.
La cara que puso Sehinkman valió oro. Pero no se rindió. Rápido de reflejos, una panelista lanzó una soga de salvación: “¡Podemos preguntarle muchas cosas sobre el litio!”. Y así, en una pirueta que ni Messi en modo Dios, pasaron del barro político a los minerales estratégicos como si nada.
“¿Me estás jodiendo?”, fue la frase de transición del conductor al enterarse que el otro Ernesto es, en efecto, profesor en Maryland, Estados Unidos, mientras a quien tenía en su escritorio era un experto en química y litio, y cero vinculado al análisis electoral. Pero a esta altura, el papelón ya era un meme instantáneo.
LA “REMARON” CON HUMOR
Los panelistas, lejos de abandonar el barco, decidieron remar en dulce de leche. A Luis Seco, un economista,ñ también invitado le endilgaron otra personalidad y se atajó: “No soy el intendente de Ensenada”, por Mario Secco.
Gonzalo Azíz, panelista fijo, avisó: “Yo no soy Jorge Asís”.
Ernesto Julio, mientras tanto, demostró tener más cintura que muchos políticos: se rió, explicó que a veces los confunden, y se prestó al juego. Hasta improvisó una mirada sobre la ley de recursos naturales y la importancia geopolítica del litio. Si lo dejaban diez minutos más, armaba un plan quinquenal y diseñaba una batería para alimentar todo el AMBA.
La escena, que podría haber sido un papelón inolvidable, terminó siendo un sketch brillante de televisión accidental. TN buscaba a un politólogo y encontró a un científico. El resultado: un momento de televisión que explicó sin quererlo el estado de confusión general del país. Porque, al final, en la coyuntura actual, ya ni los Calvos son lo que parecen.