En un momento de televisión que rozó lo tragicómico, Mauricio Macri protagonizó anoche una de sus declaraciones más insólitas desde que dejó la Casa Rosada. Fue durante una entrevista en América 24 con los periodistas Nicolás Wiñazki y Santiago Fioriti.
Acompañado por Silvia Lospennato —candidata a primera legisladora en CABA por el PRO en las elecciones del próximo domingo 18 de mayo—, Macri sorprendió a propios y ajenos con una confesión que parecía más un augurio de derrota que un mensaje de campaña.
CON CARA DE SUEÑO
Con gesto cansino, el rostro marcado por el desencanto y la voz apagada, el ex presidente ensayó un diagnóstico político poco habitual en tiempos de campaña: “Y lamentablemente con esta división tiene más de ganar Santoro que nosotros. Y sí, y sí.” Así, sin anestesia, dio por perdido el territorio porteño para su espacio, entregando la victoria anticipadamente al candidato peronista Leandro Santoro.
El fragmento completo de su declaración no deja lugar a dudas sobre su estado anímico: “Tenemos el doble ataque: lo libertario de un lado y Larreta del otro, que todavía hay gente que cree que es candidato del PRO. No es candidato del PRO. Se ha decidido enfrentar al PRO.”
La cámara, impiadosa, enfocó a Lospennato, que estaba sentada a su lado. Su cara era un poema. Con los ojos bien abiertos y una mueca mezcla de incredulidad y nerviosismo, intentó sostener la compostura mientras su jefe político desinflaba, en vivo y en horario central, cualquier expectativa de triunfo.
OPTIMISMO FORZADO DE LA CANDIDATA
Apenas unos segundos después del inesperado sincericidio de Macri, le tocó hablar a Lospennato. Como quien intenta levantar una pared después de que la topadora pasó por encima, ensayó un mensaje de fe forzado, casi escolar: “Yo me tengo fe. Yo creo que al final del día esta es una elección local, y la gente va a votar para cuidar la ciudad que le gusta vivir, y sabe que esa ciudad se la garantiza el PRO.” Pero el daño ya estaba hecho.
El bochorno fue tal que incluso los conductores quedaron desconcertados. Wiñazki quiso cerrar la nota con cortesía, pero la atmósfera en el estudio era irremontable. Macri había sido claro: ni él mismo cree que su espacio político tenga chances en esta elección.
Lo más llamativo es que el detonante de este malhumor parece haber sido la caída del proyecto de “Ficha Limpia”, iniciativa emblemática del PRO que buscaba impedir que candidatos con antecedentes judiciales pudieran postularse.
El fracaso parlamentario del proyecto habría sido el golpe final al ánimo de un Macri que ya venía sintiéndose acorralado entre los libertarios de Javier Milei y lo que él considera la traición de Horacio Rodríguez Larreta.
Así, en vez de impulsar a su candidata, el líder del PRO la dejó sola, en vivo, sin red. Y ella, atónita, solo atinó a sonreír con incomodidad. La entrevista dejó expuesta una interna feroz y una falta total de estrategia política, en el bastión que supo ser el símbolo de su hegemonía. Un papelón difícil de olvidar.