Guardavidas, guardaparques, personal de Prefectura, bomberos y vecinos lograron rescatar esta mañana a una ballena que había quedado encallada en la costa de Villa Gesell.
Según informaron en las redes sociales de Rescate Verdemar, que trabaja de forma voluntaria en la ciudad bonaerense, el varamiento tuvo lugar en la intersección de 116 y playa, adonde se acercaron diversas personas para colaborar.
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Durante el operativo fue necesario el uso de unas lingas especiales para estos casos, que permiten enderezar al animal -este era un ejemplar juvenil- y colocar su cabeza dirección mar adentro.
Más rescates en la costa
Previo al caso de Villa Gesell, un mes atrás ocurrió algo similar en el Partido de La Costa: en menos de 48 horas, dos ballenas jorobadas fueron rescatados por una treintena de personas.
Uno de los casos tuvo lugar en Nueva Atlantis. El animal tenía 9,8 metros de largo y aproximadamente 8 toneladas de peso. El otro, en tanto, ocurrió en La Lucila del Mar. La ballena era un macho de 8,5 metros de largo y aproximadamente 7 toneladas.
La Ballena Franca
Desde la asociación Rescate Verdemar, el ejemplar rescatado en Gesell era una cría de ballena franca.
De acuerdo al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, de las especies actuales de ballenas, la franca es la que más cerca de la extinción estuvo debido a la caza indiscriminada de la que fueron víctimas entre los siglos XVIII y XIX .
De esta forma, se calcula que al inicio de la matanza vivían unos 100 mil ejemplares, número que se redujo drásticamente hasta alcanzar hoy una cifra cercana a los 10 mil ejemplares. El hecho de que las hembras tengan solo una cría cada tres años explica, en parte, la lenta recuperación de sus poblaciones.
Entre las amenazas que tienen hoy estos animales se encuentran la contaminación en los mares y océanos y las infracciones que puedan cometer las embarcaciones que se dedican a la práctica turística del avistaje de ballenas. Para protegerlos de su extinción, Argentina los declaró Monumento Natural Nacional en 1984.
Estos cetáceos viven en el sector austral de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Entre junio y noviembre, cientos de ellos llegan a la Península Valdés para reproducirse.
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