Las revistas de millonarios lo destacaban como el emergente más importante de una nueva generación de empresarios en el rubro de los unicornios. Su empresa Ualá era colocada como modelo a seguir. Se la mencionó como el décimo unicornio argentino. Había recibido una inversión inmensa con la que alcanzó un valor de 2.450 millones de dólares
La empresa dirigida por Pierpaolo Barbieri obtuvo un desembolso de USD 350 millones liderado por SoftBank y Tencent en agosto del año pasado. En ese entonces se aseguró que era la ronda de inversión privada más grande que recibió una empresa argentina.
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Después de haber adquirido cuatro empresas este año Wilobank, Ceibo Créditos, Emprerienda y ABC Capital, esas incorporaciones incluyeron al propio personal que se sumaron a Ualá.
Ahora Barbieri confirmó que hubo un acuerdo voluntario entre las empresas y un grupo de personas para propiciar sus despidos.
Para llevar tranquilidad el joven empresario descartó que sea algo “masivo” pero realizó referencias a la situación complicada que vive la industria.
“Ualá nació para revolucionar las finanzas de la región, haciéndolas más modernas, más transparentes y más inclusivas. Crear una empresa regional que emplea a más de 1500 personas con más de 5 millones de usuarios en América Latina es un sueño. Estamos agradecidos con cada persona y todo feedback, bueno y malo. Porque nuestros próximos cinco años serán mucho más ambiciosos. Invertiremos 150 millones de dólares en nuestros mercados con la convicción de que es posible dar acceso a sistemas financieros de calidad a través de la tecnología”, detalló Barbieri ante una ronda de periodistas.
El unicornio Ualá fue fundado en 2017 y pretende alcanzar entre 25 y 30 millones de usuarios en los próximos cinco años, sin embargo los vaivenes de las Fintech a partir de la falta de credibilidad en las empresas de dinero “tecnológico” obligan a grandes cambios que incluyen despidos.
Las autoridades de la empresa se esfuerzan en bajar los decibeles de la situación, y aseguran que no habrá ceses laborales multitudinarios.
En su cuenta de Twitter, el llamado “Crack de los millennials” muestra que su sueño es cotizar en el NASDAQ, la bolsa de comercio de las empresas tecnológicas.
¿Modificará su ambición está situación de despidos o, como el relata, se trata apenas de una adecuación por su expansión?
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