Entre Héctor Magnetto (CEO del Grupo Clarín) y Cristina Fernández de Kirchner hay algo más que una disputa de poder. Es una pelea que atraviesa la política, los negocios, los medios y la Justicia. Es también una historia de traiciones, operaciones mediáticas, aprietes institucionales y sentencias judiciales que, más de una vez, parecieron dictadas desde los pasillos de una redacción más que desde un tribunal.
Ayer, 10 de junio de 2025, la Corte Suprema de Justicia dejó firme la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra la expresidenta por la causa Vialidad.
La decisión fue celebrada por el Grupo Clarín como una victoria. Pero detrás de esa portada hay más de una década de hostilidades, operaciones cruzadas y un aparato de poder que excede largamente lo periodístico.
Línea de tiempo del conflicto
2003 – Asume Néstor Kirchner. Inicia una relación tensa pero pragmática con el Grupo Clarín. Magnetto lo visita en la Casa Rosada y pactan una convivencia sin grandes sobresaltos.
2007 – Cristina Fernández de Kirchner llega al poder. Magnetto desconfía. Ella decide priorizar el vínculo con medios más afines y con nuevos jugadores. El poder real de Clarín comienza a ser un obstáculo.
2008 – Crisis del campo: Clarín se convierte en vocero del lockout agrario contra la resolución 125. Cristina ve como comienzan a desestabilizarla desde los medios del Grupo. El vínculo se quiebra definitivamente.
2009 – Se impulsa la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Clarín la combate ferozmente. Comienza una guerra sin cuartel. Magnetto juega a fondo. Cristina también. “TN puede desaparecer”, decía Magnetto.
2010 – Muere Néstor Kirchner. El Grupo Clarín se endurece aún más. Comienza a fogonear causas judiciales contra el gobierno. Aparecen denuncias por corrupción, enriquecimiento ilícito y vínculos con empresarios afines al poder.
2011 – Cristina gana la reelección con el 54%. Clarín denuncia un “autoritarismo K”. Se refuerzan las operaciones para frenar su poder político. En paralelo, avanza la causa por la presunta apropiación ilegal de los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble durante la dictadura, con apoyo del oficialismo y organismos de derechos humanos. Clarín lo toma como una vendetta personal.
2013 – La Corte Suprema ordena aplicar la Ley de Medios. Clarín pierde. Pero gana en otro frente: empieza a operar sobre el Poder Judicial. La causa por Hotesur y Los Sauces toma forma en Comodoro Py.
2015 – Asume Mauricio Macri. Magnetto recupera protagonismo en la Casa Rosada. Cristina queda fuera del poder, pero el hostigamiento judicial sigue y se refuerza mucho más.
2019 – Cristina vuelve como vicepresidenta. Clarín reacciona con virulencia. Se reactiva la causa Vialidad, que había sido prácticamente desestimada por falta de pruebas.
1 de septiembre de 2022 – Atentado contra Cristina. Un joven intenta dispararle en la cabeza. La bala no sale. Clarín titula: “La bala que no salió y el fallo que sí saldrá”. La frase anticipa lo que ya era vox populi: que la sentencia en su contra estaba escrita de antemano.
2022 (diciembre) – Se revela el escándalo de Lago Escondido. Jueces, fiscales, funcionarios porteños y periodistas del Grupo Clarín habían viajado en un vuelo privado a una estancia del magnate Joe Lewis. Las conversaciones filtradas muestran maniobras para ocultar el viaje y manipular la causa. Entre los involucrados, varios jueces que luego condenarían a Cristina.
2023–2025 – Cristina apela la sentencia. Los medios de Clarín siguen marcando la agenda judicial. Las tapas del diario apuntan sistemáticamente contra ella, mientras protegen a funcionarios del gobierno de Javier Milei.
10 de junio de 2025 – La Corte Suprema rechaza el recurso de la defensa. La condena queda firme. Clarín titula: “Cristina, condenada: fin de la impunidad”.
Textuales que marcaron la guerra
“Clarín miente.” – Cristina Fernández de Kirchner, en cadena nacional, 2010.
“El poder no se comparte.” – Frase atribuida a Héctor Magnetto, repetida en off por decenas de funcionarios.
“No van por mí. Van por ustedes, por lo que representamos.” – CFK, tras la condena de 2022.
“Llevamos 13 tapas en 13 días. ¿Querés que te diga que no tenemos línea editorial?” – Editor de Clarín, grabado en 2016.
La guerra por el relato y la Justicia
La batalla entre Magnetto y CFK nunca fue sólo mediática. El Grupo Clarín no sólo multiplicó las causas judiciales en sus portadas, sino que articuló una red de vínculos con jueces, fiscales y operadores políticos. El viaje a Lago Escondido fue apenas la expresión más grosera de ese entramado.
Magnetto logró instalar la idea de que “la corrupción K” era el origen de todos los males. Cristina intentó resistir con la denuncia de lawfare. En el medio, la sociedad se partió: para unos, ella es una mártir política; para otros, una líder condenada con justicia. Pero pocos dudan de que el multimedios jugó un rol central en la construcción de esa condena.
El atentado de 2022, lejos de generar una reacción institucional firme, fue minimizado por Clarín. La frase del título del día después (“la bala que no salió y el fallo que sí saldrá”) fue leída como una muestra de cinismo, pero también como una prueba de que los hilos del poder judicial ya estaban atados.
Un poder que no va a elecciones
A diferencia de Cristina, Magnetto nunca fue elegido por nadie. Pero su influencia atraviesa gobiernos, congresos y tribunales. El multimedios que comanda es capaz de instalar agenda, condicionar decisiones políticas y blindar a los propios. En el ejercicio de ese poder, la persecución a Cristina fue apenas una muestra.
La historia entre ambos no se define en una tapa ni en una sentencia. Se cocina en los pasillos del poder real, donde las amenazas no siempre son explícitas, pero se entienden. Donde el que pierde, paga.
Final abierto
Cristina, hoy condenada e inhabilitada, todavía arrastra una base política firme y una presencia simbólica fuerte. Magnetto, envejecido y cada vez menos visible, sigue operando a través de sus peones. La guerra parece haber terminado. Pero si algo enseñó esta historia es que, en Argentina, el que escribe el último titular todavía no ha ganado.
Personajes clave
Cristina Fernández de Kirchner – Expresidenta y actual figura central del peronismo. Condenada en la causa Vialidad. Ícono de la resistencia al lawfare.
Héctor Magnetto – CEO histórico del Grupo Clarín. Principal armador de poder mediático, judicial y político en la Argentina desde hace décadas.
Ernestina Herrera de Noble – Dueña del Grupo Clarín durante la dictadura. Su adopción de dos menores en tiempos oscuros desató una batalla judicial con los Kirchner.
Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, y Ricardo Lorenzetti – Los tres jueces de la Corte Suprema que dejaron firme la condena contra CFK.
Diego Luciani y Rodrigo Giménez Uriburu – Fiscal y juez que protagonizaron el juicio por Vialidad. Giménez Uriburu fue uno de los viajantes a Lago Escondido.
Hoy, el destino de Cristina Fernández de Kirchner y el poder silencioso de Héctor Magnetto siguen enfrentados como dos placas tectónicas que, tarde o temprano, volverán a chocar. No se trata sólo de una condena judicial, ni de una operación mediática: es una batalla por el sentido común de la Argentina, por quién tiene el derecho de contar la historia. Mientras una parte del país canta “¡Volveremos!” y otra aplaude las sentencias escritas en los despachos del poder real, una pregunta queda flotando en el aire:
¿Quién juzga a los que nunca se presentan a declarar?