“Nos estamos reencontrando”. Cuando Eduardo Domínguez reveló esa sensación de rematch paulatino entre los hinchas y Estudiantes, el deté lo hizo consciente de que ante Racing el equipo había dado pautas tendientes a la reconciliación futbolera.
Si bien no brilló, el 1-0 con gol de Guido Carrillo fue una demostración de contundencia y de consolidación defensiva. Y si bien Fernando Muslera fue MVP siendo fundamental en su ataque de centros y anticipos, la sensación de paso adelante fue colectiva.
¿Hubo parámetros que demostraron lo que Domínguez dijo? ¿Que Estudiantes jugó más parecido a lo que pretende el fana del Pincha? Por lo pronto, sí.
Si bien el equipo fue superado en la posesión (60%-40%) y tuvo menos pases totales (418 a 302) que Racing, sí comprendió que la diferencia la podía sacar en la tensión ejercida en los duelos individuales y también en la concentración defensiva.
Esto se tradujo a métricas: Estudiantes ganó el 64% de los mano a mano en el suelo y el 55% de los aéreos. Además, mostró una mayor agresividad al frenar las gambetas adversarias (63% contra 43%) y un esfuerzo para recuperar la pelota (50 contra 46).
El equipo del Barba también lideró en el ranking de intercepciones (11 contra 6) y de tackles totales (18 a 10).
Ahora bien: en ataque la efectividad también fue determinante. El contraste fue evidente: mientras que Racing remató 17 veces y apenas 5 de esos tiros fueron al arco; Estudiantes disparó en apenas cinco oportunidades, aunque dos fueron al arco y una terminó en gol. Y las aproximaciones forzaron cinco atajadas de Facundo Cambeses.
Los aspectos ofensivos a mejorar pese a la efectividad
¿Qué deberá mejorar, el Pincha? Su capacidad para ser más incisivo. Algo que es difícil de balancear con el pragmatismo, pero que tendrá que consolidar para sacar mayores diferencias -o más rápido- ante rivales que se muestren abiertos defensivamente hablando.
Si perfecciona esa capacidad, esto le permitirá encarar con mayor tranquilidad la serie de mata mata frente a Cerro Porteño, por los octavos de final de la Copa Libertadores.
Sin embargo, entre el triunfo con rebeldía ante Huracán (2-1 luego de ir perdiendo 0-1) y la victoria ante Racing, la evolución parece haber marcado una constante. Que deberá refrendarse en las siguientes fechas, con la Libertadores en el horizonte.
Con una tranquilidad: si Domínguez dijo que el grupo estaba para pelear cosas grandes es por estos puntos altos que se vieron en el Cilindro. Y que permiten reencontrar a la gente con un Estudiantes que desea llegar lejos en 2025.