El intendente de La Plata, Julio Garro, mantiene su alineamiento dentro del PRO pero, como supo prometer apenas ganó, abrió canales de diálogo con todo el mundo. Muchos. Tal vez demasiados. Al punto que aparece en cuanta foto política se haya tomado en las últimas semanas.
Al intendente de La Plata se lo vio comprometido con el liderazgo de Maria Eugenia Vidal, ayer mismo, durante una recorrida por una escuela de Ignacio Correas. Antes había dicho presente en cada una de las convocatorias que la Gobernadora le participó. Pero también hace buenas migas con Jorge Macri, que parece dispuesto a pelearle el liderazgo a Vidal en territorio bonaerense.
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Junto a Macri participó de una cumbre de intendentes en las que hubo miembros del Frente de Todos. Una tertulia que, según reconstruyó Infobae, fue pedida por el Primo del Presidente, que también busca interlocutores para construir gobernabilidad. Al asado se acercaron, además de Macri y Garro, los intendentes Valenzuela y Grindetti, de Lanús y Tres de Febrero, y los “caciques” dialoguistas Martín Insaurralde, de Lomas; Mariano Cascallares, de Brown; Juan Zabaleta, de Hurlingham, y Gabriel Katopodis, de San Martín.
Garro exploró la “vía Monzó” para tratar de llegar a Sergio Massa, otro “empoderado” del Frente de Todos que le puede abrir puertas. Para eso contactó a Gabriel Monzó, que representa a la Sección Capital dentro del Senado bonaerense, por ahora con los colores de Cambiemos.
Hay otros contactos que no precisan fotos. Garro se acordó de viejos conocidos que supo frecuentar en tiempos de paz. Le “pegó un tubazo” a Pepe Albistur, vecino del barrio cerrado donde habita y esposo de Victoria Tolosa Paz, la concejal más belicosa de la oposición, para que le habilite una llegada a Alberto Fernández. La gestión fue infructuosa: nadie atendió el llamado.
“Garro está en modo Droopy”, celebraron, a modo de chascarrillo, referentes del peronismo platense que siguen de cerca sus pasos.
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