La decisión de la Corte Suprema de Justicia de rechazar el recurso de queja presentado por la defensa de Cristina Kirchner, en la conocida Causa Vialidad, desató una ola de rechazos de distintos sectores políticos. Desde el peronismo, el kirchnerismo, los movimientos sociales, la izquierda y hasta figuras del radicalismo, coincidieron en denunciar un proceso judicial viciado, una condena sin sustento jurídico y una maniobra de proscripción política.
Desde el espacio que lidera Axel Kicillof, Movimiento Derecho al Futuro, afirmaron que la ex presidenta fue condenada “por gobernar en favor de las mayorías y en defensa de los intereses nacionales”. “Condenan a Cristina, atacan la democracia”, señalaron en un comunicado. Y advirtieron: “Festeja Milei, festeja Macri, festejan en la embajada de Estados Unidos. Pero el pueblo la abraza: el pueblo unido jamás será vencido”.
La diputada nacional Victoria Tolosa Paz sostuvo que la decisión de la Corte “no sólo consolida una condena injusta, sino que representa un ataque directo a la democracia y al pueblo argentino”. Denunció una “causa armada, sin sustento jurídico” y una “persecución a una mujer que transformó la Argentina”. “No hay democracia plena cuando hay proscripción”, afirmó.
Desde la oposición no peronista, el radical Ricardo Alfonsín alertó por el deterioro institucional: “Es de público conocimiento que en la causa se han producido hechos que arrojan dudas sobre la imparcialidad. Resolver en un tiempo inusualmente breve sin sustanciar la queja no haría más que reforzar las sospechas de que lo que se persigue es la proscripción electoral de CFK”, expresó.
Rechazo transversal: Desde los intendentes hasta la izquierda
Dirigentes del oficialismo bonaerense también repudiaron el fallo. El intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, sostuvo que el fallo “vulneró principios y garantías procesales básicas”, mientras que su par de Florencio Varela, Andrés Watson, habló de un “ataque permanente a la institucionalidad democrática” y pidió “no permitir esta ofensiva contra la legalidad de nuestra República”. Mario Secco, de Ensenada, fue más directo: “La condena a Cristina es una absoluta proscripción política del partido judicial junto a Milei y Macri, con una causa llena de irregularidades”.
El intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, aseguró que “la democracia está de luto” y que “el pueblo vencerá”. Su par de Berisso, Fabián Cagliardi, habló de un “nuevo atropello institucional que atenta contra la democracia”. Francisco Echarren, de Castelli, fue categórico: “Esto no es justicia, es proscripción. Comienza una nueva etapa con una democracia disminuida mientras saquean nuestro futuro”.
Desde la izquierda, Myriam Bregman calificó la sentencia como un “fallo infame” y un “avance antidemocrático”. Nicolás del Caño fue más allá: “Es inadmisible que esta justicia corrupta se atribuya la potestad de definir quiénes pueden ser candidatos. A Macri lo han absuelto en varias causas. Ya vimos cómo se proscribió a Lula. Rechazamos este intento de proscripción que le quitaría al pueblo el derecho a votarla”.
El clima político quedó atravesado por la gravedad institucional de la resolución judicial, pero también por la coincidencia amplia en que se trata de un intento de exclusión electoral con impacto directo sobre la democracia argentina. La figura de Cristina Fernández de Kirchner vuelve a ocupar el centro del escenario político nacional, no por su voluntad de competir, sino por la magnitud del intento de disciplinamiento judicial que se cierne sobre ella.