Chivilcoy se convirtió en una nueva localidad bonaerense que le dice “No” a las fumigaciones con agroquímicos. Una extensa red de vecinos y ambientalistas viene batallando para impedir que el Concejo Deliberante local vote y apruebe una polémica ordenanza que solo propone 100 metros de exclusión para que se fumigue.
Es decir, a una cuadra de escuelas, viviendas, centros de salud, comercios, etc. Tal propuesta había sido impulsada por entidades rurales, que como ya se han visto en otras ciudades de la provincia, construyen una agenda en los municipios a partir de un lobby empresario.
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De hecho, en Chivilcoy, la propuesta de “ buenas prácticas” motorizado por Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid) había encontrado el acuerdo del intendente Guillermo Britos para que se pueda fumigar a nada más ni nada menos que 25 metros de exclusión. La propuesta se desactivó debido al enorme rechazo de la ciudadanía.
Aun así, meses después, las entidades rurales lograron entablar una línea de diálogo directa con los concejales de la oposición y el oficialismo, convenciendo así de tratar un proyecto de ordenanza que amplíe esa zona de amortiguamiento, a solo 100 metros. Una misma estrategia y una misma cantidad de metros, que finalmente se aprobó en algunas otras localidades de la provincia, como en Ayacucho.
Ahora, todo quedará en manos de los concejales, que ya sienten el calor del rechazo de ambientalistas y vecinos en contra de las fumigaciones. El HCD había conformado una Mesa de Trabajo que era integrada por entidades agrarias a favor de las fumigaciones, así como por el INTA, los ambientalistas y distintos bloques políticos. Pero nada prosperó. O más bien, prosperó en relación a las propuestas del agronegocio.
“Lo que ocurre en Chivilcoy es que las cercanías entre la población y el campo, es muy marcada. El ejido urbano sigue creciendo y ya se está tocando con el sector rural”, le dijo a INFOCIELO, Ezequiel Caselles, referente de la Mesa del Agua y dirigente del Frente Patria Grande.
“Propusimos a la agroecología como alternativa al agronegocio. Pero mientras las entidades rurales proponían 25 metros de exclusión, nosotros proponíamos mil. Creemos que se puede encontrar un camino donde se preserve por sobre todas las cosas, la salud de la población y el medio ambiente. Sabemos que en otras ciudades se ha avanzado con proyectos de agroecologías y distancias muy superiores a 100 metros, como en Benito Juárez”, agregó Caselles.
Los y las vecinas que se oponen al proyecto de ordenanza que habilita fumigaciones a una cuadra de viviendas y escuelas, se basan en la propia Constitución nacional y la Ley Nacional de Medio Ambiente. Según explicaron, allí dice que la ciudadanía “no tiene que demostrar que está recibiendo un daño, sino por el contrario se deben establecer mecanismos para preservar la salud de la gente”.
De todas formas, en las últimas horas el intendente Britos se empezó a despegar de la propuesta que nació del riñón de las entidades rurales, al visibilizar un creciente descontento por parte de las y los vecinos. “El Ejecutivo Municipal no va a permitir que se fumigue cerca ni de ninguna escuela ni de ninguna casa, por lo que no vamos a apoyar ninguna Ordenanza que diga que se puede fumigar a 100 metros”, sostuvo el mandatario.
La comunidad de Chivilcoy ya tiene antecedentes de movilizar por cuestiones ambientales. En 2018, el Juzgado Nª 6 de Mercedes determinó que el agua que allí se consume “no es apta para consumo humano”, por la potencial presencia de arsénico. Por lo que se le exigió a la empresa ABSA de realizar un plan de inversiones para que se adecúe según los estándares internacionales que exige la Organización Mundial de la Salud. Hasta ahora, no hay mayores avances al respecto.
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