Recientemente el Concejo Deliberante decretó pavimentar 75 calles adoquinadas de la ciudad de La Plata. Con la ordenanza municipal, regresó la polémica que divide a los platenses. Por un lado, los férreos defensores de los adoquines, en la firme postura de preservar el patrimonio cultural, y alegando que son más absorbentes en una “ciudad inundable”, y por otro lado, aquellos que los consideran peligrosos por lo resbaladizos.
“Creo que cada una de las partes tiene su cuota de razón y lo que se tiene que buscar es el equilibrio. Yo soy parte de mantener la cultura, lo que nos identifica. Uno de esos puntos es el adoquinado, pero también uno tiene que buscar el confort con los cambios que se vienen dando con el correr de los años”, afirmó el profesional.
Más allá de esta postura inicial neutra por parte del Ingeniero, con él recorremos algunos puntos que pueden responder a argumentos equivocados que aparecen cuando se defienden ambas posturas. Entre los puntos a tener en cuenta, el experto aclara por qué el adoquinado puede ser un generador de accidentes. “El tipo de rugosidad que tiene respecto a un pavimento de asfalto u hormigón es diferente y la rugosidad se correlaciona con la seguridad vial”.
Los adoquines en los días de lluvia
En lo que ocurre puntualmente en las calles adoquinadas en días lluviosos, explica: “En un primer momento cuando las primeras gotas de la lluvia van humedeciendo los adoquines, se genera una mezcla entre una parte de tierra, polvo, polvillos, suciedad que torna más resbaladizo que el pavimento. Esto ocurre en los primeros momentos de la lluvia hasta que la calle se lava. Eso está relacionado de manera directa con la seguridad vial”.
Para el experto, algunos fundamentos de quienes no están a favor de este cambio y su pavimentación, no son reales. “A los que defienden el adoquín yo los puedo entender en la parte cultural, pero uno tiene que buscar el equilibrio, uno no puede tener una ciudad del 1800”.
Para Velazco es muy valiosa la defensa que se hace por el interés de mantener en la ciudad su valor cultural, pero cree oportuno considerar cautelosamente las limitaciones que se puedan generar. Para esto, ejemplifica con las decisiones para la preservación, pero a su vez con el desarrollo, que se han tomado y ejecutado en la ciudad de Buenos Aires.
“Qué mejor emblema de nuestra independencia, de la libertad, y de lo ocurrido el 25 de mayo, que lo que pueda representar un cabildo. Pero el cabildo en la ciudad de Buenos Aires, se terminó reduciendo porque generaba un inconveniente en la planificación y en la circulación vehicular, y eso no significó que se sacara plenamente. Acá pueden pensarse de manera similar. Acá no tenemos que sacar plenamente los adoquines, se puede optar por reconocer sectores que sí se deben preservarlos”.
Para él, lo óptimo sería poder elegir esos sectores con la armonía del entorno. Uno de los ejemplos más claros que reconoce en la ciudad es la zona de Meridiano V. “Tenemos ese empedrado que es bien representativo de la historia”, puntualizó. “Creo que una ciudad se tiene que aggionar con el confort que merece, y también no dejar de lado el cuidado patrimonial para que aquellos que queremos recordar parte de la historia de la ciudad, podamos mantener eso”.
Las zonas protegidas en La Plata
La ordenanza crea un programa que tendrá como objetivo “identificar, relevar y conservar las áreas calles patrimoniales que revistan valores urbanísticos, históricos, artísticos y/o ambientales dentro del partido de La Plata”. Y, a su vez, establece áreas con calles adoquinadas “en ambientes con características fundacionales de valor patrimonial” que serán protegidas como la zona de Meridiano V de calle 12 a 22 y de 68 a 72; del Asilo Marín de avenida 13 a 15 y de 41 a 43; y de Diagonal 77, de calle 9 a 11 y de 41 a 43, y también de calle 4 a 5 y de 46 a 48.
Adoquines, ¿tienen mayor absorción de agua?
Los que defienden los adoquines hablan de su respuesta antes situaciones de precipitaciones. Algunos afirman que son mucho más beneficiosos en una ciudad inundable. “Esto no es así, La Plata es una ciudad que “se inunda”, que no es lo mismo, y no es una cuestión de semántica.
En esta postura, argumentan que los adoquines tienen mayor absorción de agua entre el espacio que queda entre un adoquín y otro. “Eso no es así. Hasta en los peores casos y en caminos de tierra, la primera tanda de lluvia hace que sí está muy seco un terreno, los primeros 5 o 10 milímetros van absorbiendo, y después va escurriendo, porque va saturando el suelo. Acá pasa lo mismo que si estuviese un hormigón que estuviese todo limpio. No va a cambiar la situación hidráulica de la ciudad por eso.
Claudio Velazco considera valioso identificar sectores puntuales de la historia de la ciudad y preservarlos, pero a la vez, cree que se debe identificar qué necesita La Plata en su tiempo presente. “Hay cosas que de jóvenes nos gusta guardar. Después de 30 años de profesión, uno pude reconocer el polvillo, los ácaros que se junta, y puede determinar ‘necesito este espacio para ubicar algo que en esta etapa de mi vida me sirve’. En este caso, en esta etapa de ciudad ¿Qué necesitamos tener?
Velazco también reconoce la falta de un correcto mantenimiento en calles adoquinadas, algo muy cuestionado, incluso por sectores que demoraron judicialmente anteriores obras. “En lo que respecta a adoquines yo he visto ‘salvajadas’ en ejecuciones de obras. En la gestión anterior estaba haciendo bacheo por la ciudad. En algún sector del adoquinado, sacaban los adoquines y terminaban rellenando con cemento”.
Qué no debe dejar de hacerse en la pavimentación de las calles
En la etapa de pavimentación de calles adoquinadas, remarca que se debe tener un especial cuidado en los cruces de calles. “Si uno viene por calle 4, va a pasar por 42 donde está la terminal de ómnibus. Ahí uno tiene pavimento de un lado y en el otro tiene cemento para escurrimiento del agua. Esto hace que hasta en velocidades muy bajas, termines rompiendo el auto”.
En este caso, más allá del decreto que habilita a la pavimentación de 75 calles, el ingeniero Velazco considera que a la decisión de pavimentación también debe sumarse hacer un plan de diseño. “No es solo el pavimento, sino son las obras colaterales que hacen al confort, por un lado para el escurrimiento del agua, pero también para mantener una armonía en la circulación vehicular”, para que sea algo suave y que también sea confortable”.