La mañana porteña de este lunes de diciembre dejó una escena que ‘osciló’ entre lo absurdo y lo cómico: un taxista se quedó dormido en pleno cruce de Avenida Rivadavia y Entre Ríos, frente al Congreso de la Nación, en CABA, bloqueando el tránsito. No era una siesta cualquiera, sino el efecto de un nivel alarmante de alcohol en sangre que, según confirmaría más tarde el SAME, lo dejó completamente inconsciente al volante.
El taxista siendo “arrullado” en CABA
El hecho comenzó pasadas las 8, cuando los vehículos detenidos detrás del taxi notaron que, pese a la luz verde del semáforo, el coche no avanzaba. Alarmados, algunos conductores llamaron a la Policía de la Ciudad. Minutos después, varios efectivos llegaron al lugar, pero lo que sucedió a continuación desató un aluvión de comentarios en redes sociales.
POLICÍA DE LA CIUDAD, MECEDORA
En lugar de convocar inmediatamente al Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME), los policías decidieron emprender una estrategia, cuanto menos, peculiar: rodearon el vehículo y comenzaron a mecerlo con fuerza, como si intentaran despertar al taxista al ritmo de una improvisada “cuna motorizada”.
Testigos filmaron el momento en que cuatro agentes, balanceando el coche de lado a lado, parecían más abocados a arrullar al conductor que a lograr su despertar.
La escena, capturada desde varios ángulos y viralizada en redes sociales, generó una avalancha de comentarios sarcásticos. “Si lo siguen meciendo así, lo duermen más profundo”, ironizaba un usuario. Otro, más creativo, sugirió: “¿Y si le cantan una canción de cuna también?”.
Finalmente, luego de varios intentos infructuosos y una intervención algo demorada, se solicitó la presencia del SAME y de los bomberos. El equipo médico logró abrir el taxi y constató que el hombre estaba profundamente dormido debido a un alto nivel de alcohol en sangre.
EL TAXISTA SE HABÍA TOMADO TODO
Tras ser asistido, el taxista recibió atención médica que no requirió mayores intervenciones, mientras se evalúan las sanciones que deberá enfrentar.
El incidente, además de generar un caos vehicular en una de las intersecciones más transitadas de la ciudad, puso en evidencia la falta de pericia de algunos efectivos a la hora de abordar situaciones insólitas como esta.
La imagen de la policía “mecedora” no tardó en convertirse en metáfora de una mañana porteña donde, al parecer, el caos encontró su propia lógica surrealista.
Mientras tanto, en un lunes plagado de incidentes, el episodio del taxista dormido frente al Congreso quedará en la memoria colectiva como una postal tragicómica de la cotidianeidad urbana de fin de año.