“Tenés buena vista, Mono”. La chanza del Pata Castro que Nelson Insfrán reveló en diálogo con TyC Sports tuvo su costado risueño: el volante chicaneó al arquero de Gimnasia, que observó cómo el tiro de Matías Reali en el cierre del 0-0 ante San Lorenzo terminó impactando en el poste antes de irse.
Ante las cámaras, el mejor jugador del equipo de Alejandro Orfila en lo que va del semestre pareció atajar el remate con la mirada. Sin embargo, en su speech, el portero dejó entre líneas un mensaje.
Y es que Insfrán describió la jugada quizás dando a entender que Gimnasia debe estar más atento defensivamente.
Si bien el Mono reconoció que “no llegaba” a sacar el remate de Reali, al mismo tiempo admitió que quien interpretó la acción fue “un jugador interesante” que dentro del área “la paró, se tomó su tiempo, tuvo margen para elegir dónde patear”. Un cúmulo de situaciones que no pueden ocurrirle a un equipo que necesita sufrir lo menos posible en su área y ser lo más incisivo posible en la adversaria.
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¿Cómo le ha ido a Gimnasia en el campeonato a nivel remates rivales? En la primera fecha, por caso, Instituto tocó la pelota 26 veces dentro del rectángulo de definiciones, recibió cinco faltas en el último tercio de la cancha y remató cinco tiros francos a los tres palos de Insfrán. El arquero retuvo cuatro de ellos y sólo la perla de Alex Luna pudo vencer a los guantes de Insfrán. Sin embargo, los cordobeses patearon 12 veces de corta distancia.
Ante San Lorenzo el problema se recrudeció: el Ciclón dio 34 toques en el área del Mono y 12 de ellos terminaron en remate. Además, el elenco que dirige Damián Ayude pateó cinco veces a los tres palos de Insfrán de los 16 intentos que hizo para intentar batir a Gimnasia en un 0-0 que fue mentiroso: el local estuvo mucho más cerca de quedarse con la victoria.
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Dentro de esta coyuntura, Gimnasia tuvo que rechazar 88 pelotas en zona defensiva entre los dos partidos jugados en el Clausura. Y si bien mostró una alta eficiencia para despejar (especialmente en el juego aéreo) situaciones como la de Reali deberían servirle como ejemplo y como lección. Porque la próxima vez, ni siquiera la mirada de Insfrán alcanzará para evitar un gol.
